Un símbolo de paz
En los últimos años, los chilenos hemos vivido un divorcio de nuestras ciudades. El estallido social, la pandemia y hoy la inseguridad, nos han privado del ejercicio natural que supone salir a la calle a hacer cualquier cosa: caminar, pasear al perro, o ir a un espectáculo. El encierro se ha transformado en una nueva forma de vida. Si a esto le sumamos las obligaciones diarias y la falsa ilusión de apertura que nos proponen las redes sociales, el panorama es claustrofóbico.
Por eso el Día de los Patrimonios es fundamental. Es un símbolo de paz, porque nos devuelve por un tiempo la ilusión de que todavía tenemos garantizado el derecho humano que significa poder salir de la casa y moverse en un entorno seguro. Llegados a este punto, el valor patrimonial o arquitectónico de los edificios casi no importa: lo que importa es reencontrarse con esa ciudad.
Y también importa el reencuentro ciudadano que rompe con la desconfianza instalada y nos deja a la intemperie nuevamente, desnudos de prejuicios, para vernos y oírnos otra vez. Y si con un edificio abierto, una caminata guiada, una actividad en el espacio público, se logra el efecto, el Día de los Patrimonios habrá cumplido nuevamente con el espíritu que lo guía. Y si eso nos devuelve la sensación de que no todo está perdido, el Día de los Patrimonios debiera hacerse todos los días.
Gonzalo Schmeisser, UDP
Ley "papito corazón"
La ley de responsabilidad parental y pago efectivo de pensiones de alimentos, o mejor conocida como la ley papito corazón, entró en vigencia el 20 de mayo, y faculta a los tribunales a investigar el patrimonio de los deudores, a fin de encontrar recursos para el pago de la pensiones alimenticias morosas.
Consta de dos procedimientos, el especial y el extraordinario. El procedimiento especial, busca recursos en cuentas líquidas, como cuenta RUT, vista, corriente, depósitos a plazo, fondos mutuos, cuenta 2, cotizaciones voluntarias, etc. Si luego de ello no se consiguen los recursos necesarios, se recurre al procedimiento extraordinario, el cual busca los recursos en los fondos previsionales obligatorios.
Nuevamente son los fondos de pensiones, o mejor dicho la capitalización individual, la que debe dar solución a temas distintos a la pensión, por lo que se hace imprescindible que la totalidad de la cotización adicional vaya a capitalización individual, para cumplir con este tipo de nuevas responsabilidades.
Eduardo Jerez Sanhueza
Subsidiariedad
La palabra subsidiariedad viene del latín subsidium que significa "ayuda, auxilio". La subsidiariedad ha sido definida como la no absorción de las sociedades menores por parte de las mayores y como la autonomía de los cuerpos intermedios entre el hombre y el Estado.
El principio de subsidiariedad supone la aceptación del derecho de propiedad privada y la libre iniciativa en el campo económico; permitir a los ciudadanos asociarse, actuar y desarrollarse libremente; y favorecer la iniciativa privada.
El Estado debe actuar en su ámbito propio, sin invadir el campo de los cuerpos intermedios. Sin embargo, cuando a éstos no les interesa, no quieren o no pueden desarrollar ciertas actividades que son necesarias para la comunidad, el Estado debe actuar en subsidio.
La subsidiariedad y la solidaridad, lejos de ser conceptos antagónicos son complementarias y totalmente compatibles entre sí. Tal dicotomía no existe: un Estado puede perfectamente ser solidario y subsidiario a la vez. El bien común exige respetar el principio de subsidiariedad.
El despegue económico de Chile se produjo al circunscribir al Estado a sus funciones propias -dejando de ser empresario e interventor- lo que permitió la liberación de la fuerza de los privados que había estado reprimida por el dirigismo y la hipertrofia del Estado y despertó el espíritu empresarial de los chilenos.
Adolfo Paúl Latorre