Los corazones rotos que recogió Matías Rivas
Dice que es un poeta que vive como un simple mortal. Hace radio, dicta un taller literario, es columnista y dirige Ediciones UDP. Entremedio, ama y odia intensamente. "Un poema de amor" es su última historia.
Medio día en Chile. El poeta, y editor Matías Rivas llega fumando al Museo de Bellas Artes. Se para en la escalinata y frente a él, una familia posa bajo la escultura "Unidos en la gloria y en la muerte". Ellos se abrazan, se van. El poeta apaga su cigarrillo y entra al museo. Acaba de publicar "Un poema de amor", una trama en la que un hombre ama desesperadamente a una mujer. Este hombre lee mientras su amada duerme junto a sus piernas, sueña con ella, vive por ella y la mira de lejos cuando está con su marido e hijo en la plaza. El hombre de su libro no sabemos si es Matías Rivas o no, pero si todo esto fuese suyo, seguramente este corazón roto estaría dispuesto en la mitad de este museo, sangrando.
-¿Qué dijo tu mujer cuando leyó esta historia?
-"Lo mínimo que me esperaba de ti", fue su único comentario.
-"Una mujer nunca encuentra inteligente al hombre que ama", es el epígrafe de tu libro.
-Es la frase se la puse al protagonista de mi libro: su mujer, su mamá, su amante lo tienen cachado.
-Existe un tipo de amor raro: gente que se enamora sólo de personas inteligentes. ¿Sabías?
-En LUN pusieron a la Sophie Marceau (actriz que interpretó a Anna Karenina) como ícono del la sapiosexualidad. Busqué su foto, es preciosa, pero no me interesan solo las personas inteligentes o las que se enamoran de la inteligencia.
-Podrías ser un asesor sentimental ahora.
-Me encantaría. Escribí el horóscopo, ese fue uno de mis trabajos cuando se mandaban mensajes al celular.
-¡En serio!
-Me interesaban los signos del zodiaco. Había leído, era una pega. Todavía los leo y los sigo. Hay un lenguaje ahí para dejar a las personas enganchadas con la vida. Es una retórica: "no se deje guiar por malos ratos". "Tiene un futuro promisorio, siempre y cuando se mantenga en su lugar". Guillermo Hidalgo (periodista de The Clinic) lo hizo de manera magistral con Titan Do Nascimento. El horóscopo te prometía una cierta felicidad con palabras que ahora no tenemos. Perdimos esa ilusión.
Rivas es de historias largas. Lleva 23 años casado y desde hace 20 es el Director de Ediciones UDP. Son más de 300 libros de diversos autores los que ha editado en distintas colecciones durante estas dos décadas. Además pasó 10 años escribiendo para el The Clinic, una crítica literaria en la que firmaba como Mao Tse Tung.
"Creo en la perseverancia. Creo en ese valor. Si uno creyera que las cosas son tan inmediatas como el mundo te exige ahora no se podría escribir. La ansiedad no va con la literatura. A los pintores les pasa lo mismo. Hay una artesanía ahí . Si estas hablando de amor, estás siempre al borde de caer en el lugar común de la tragedia o la exageración. Lo melodramático está al lado, lo ridículo está al lado", advierte Rivas.
Su amor, su trabajo y los amigos también son tramas que mantiene en el tiempo. Lo mismo que el odio. A Rivas le aman y le odian con intensidad. Y él devuelve esa emoción como en un espejo.
"En la vida del editor hay más no que sí. La gente cree que yo conspiro, me culpan, me critican, pero eso es parte del negocio. Uno es el malo de la película. No me parece muy raro que sea así", resume caminando por Lastarria en busca de un café.
Corazones rotos
"Nunca me sentí tan expuesto como ahora, después de esto la vida te pasa por encima. En este libro hay muchas escenas de gente que he visto, que está cerca mío. No todo es mío, pero hay mucho que sí lo es. Esta es mi pequeña película, mi novela secreta. Esta es una historia de amor con todos sus repliegues. Todos estos poemas eran más largos pero les saqué todo el artificio. Para llegar a esa nitidez, me demoré mucho", cuenta Matías Rivas mientras muerde un brownie.
- ¿Por qué poner esta historia de amor delante de todos?
-Porque la poesía se dedica a hablar del amor. Quería hacerlo lo más real posible.
-¿El amor tiene prestigio aún?
-Es lo más importante, pero es de lo que menos se habla.
-¿Por qué?
-Hay períodos de la historia en los que se habla poco de amor. Y justamente son buenos períodos para pensar en el amor.
-Es cierto: ahora hablamos sólo de plata.
-Y no de deseo: el deseo tiene una fuerte carga disruptiva. El amor quema. Te aprieta la guata.
-¿Qué poema te apretó la guata?
- Uno de Gonzalo Millán: Apocalipsis doméstico. Ahí aparecen también escenas conyugales.
Como ésta:
Las sábanas regaladas para la boda/ se gastaron y tienen agujeros/Se quebraron los platos en escaramuzas domésticas/ Las tazas están saltadas y sin asas/ Se perdieron tenedores y oxidaron los cuchillos del servicio inoxidable//La juguera está descompuesta/Y empeña la sortija de diamantes.
-¿Es posible felicidad en la vida conyugal?
-Quizás tenemos muchas esperanzas. La vida conyugal es una mezcla de pasiones, enojos, ternura, odio.
-¿Tú crees en el amor?
-Sí. Yo llevo 23 años casado. En todo ese tiempo pasan millones de cosas. Se superponen niños, aparecen las voces de otras personas, la familia, los juguetes, los objetos. Los hombres de este libro también han cambiado. Lavan los platos, por ejemplo.
"Evita decirme cómo lavar los platos/ Considera que el tiempo viene en contra/ Crecen los niños y el silencio pasa bajo la mesa/ No te preocupes/. Después seco y guardo la loza", es uno de los versos de Rivas.
Leer como refugio
En el libro de Matías Rivas, el protagonista vuelve por un instante a su niñez: "Cuando niño dormía en una pieza de muros blancos/ No tenía muebles, salvo mi cama al medio/ rodeado de cajas de cartón con libros viejos/ Me paseaba entre las cajas somnolientas, con hambre y espinillas en la cara/ Hoy paso los días en otra pieza repleta de libros reconozco un título/ pero no cuando lo leí. Tampoco siento las piernas".
- ¿Te refugias en los libros?
-Empecé a leer en tercero o cuarto básico. No me acuerdo de la vida sin los libros Era un alivio poder leer. Y también algo raro porque no lo podía compartir con mucha gente,
-¿Fuiste muy solitario?
-No, porque igual jugaba fútbol.
-¿Y quién te pasaba los libros?
-Mi papá. Pero él no consideraba la literatura del rubro infantil. Me pasaba libros de grande, yo no entendía lo que leía. También yo era muy pretencioso. Para mí fueron muy importantes todos esos años en que no entendí lo que leía. Leí puro lenguaje. Puras palabras. Como sonaban. Y me pasaba rollos: pensaba que era una cosa y era otra.
Matías rivas también escribió "un muerto equivocado", entre otros libros.
Un poema de amor
Matías Rivas
Ediciones Tácitas
48 páginas
$8500