En Ñuble y en todo Chile, enfrentamos un desafío crucial en la organización de nuestras ciudades. A pesar de contar con diversos instrumentos de planificación urbana, existe una falta de coordinación entre ellos y una asignación de recursos públicos que carece de un criterio unificado de rentabilidad social.

La planificación urbana y la asignación de recursos deben responder a un criterio integrador de múltiples variables para lograr una intervención, desarrollo y proyección adecuados de nuestras ciudades.

El crecimiento de Chillán como capital regional está generando la conformación de una Zona Metropolitana, cuya materialización en términos de su denominación y gestión recae en el Gobierno Regional. Esta definición otorga ventajas significativas, como solicitar más recursos al gobierno central y acelerar las inversiones en infraestructura pública.

Por otro lado, el municipio se encuentra inmerso en la implementación de un Plan Bicentenario al 2035, que contempla obras de carácter emblemático. Aunque no todas las inversiones dependen exclusivamente de su gestión y financiamiento, su materialización promete un gran avance en la calidad de vida.

Con el propósito de gestionar activamente la calidad de vida en nuestras ciudades, desde la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) hemos propuesto al Gobierno Regional desarrollar, en colaboración con la Pontificia Universidad Católica, un plan piloto basado en el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU). Este proyecto comenzaría en tres ciudades y se replicaría en todo el territorio. La gestión de este instrumento podría llevarse a cabo a través de una institución denominada Observatorio Ciudades, como ha sido planteado por el Gobernador.

La innovación desempeña un papel fundamental en la administración urbana y territorial. Es por ello que también hemos planteado un proyecto al Gobierno Regional para los municipios de Ñuble, consistente en la implementación de una experiencia similar a la del Municipio de Tel Aviv, donde grupos de trabajo conformados por funcionarios municipales, bajo la guía de expertos, se agrupen según sus áreas y trabajen en propuestas de mejora de los servicios existentes, así como en la generación de nuevas ofertas para satisfacer las demandas de la comunidad.

Resulta interesante que todas estas iniciativas sean gestionadas bajo el paraguas de una organización que podría denominarse "Agencia de Planificación de Ciudad", propuesta por la Corporación Ciudades.

A través de estos proyectos, la CChC, en conjunto con el Gobierno Regional, busca aportar la instalación de una administración territorial eficiente, capaz de responder al crecimiento de nuestras ciudades y satisfacer las necesidades de las personas, mejorando así su calidad de vida.

Ricardo Salman Aburdene,

presidente CChC Chillán

Las estafas telefónicas y los llamados con el "cuento del tío", se han hecho cada vez más frecuentes y afectan sin distinción a todo tipo de personas. El reciente caso ocurrido en un cuartel policial y que llevó a entregar armas a personas desconocidas pone de nuevo al tema de la prevención como el centro de la preocupación para evitar caer en estos ilícitos.

Desde hace algunos años se han registrado casos de familias que han recibido llamados donde les indican que tienen secuestrado a uno de los integrantes del grupo familiar y exigen un rescate, que alguien ha sufrido un accidente y hay que pagar una fianza, o que el dueño de casa envió a alguien a retirar artículos de valor, tal como ocurrió con el caso que afectó al cuartel policial.

En ese sentido, la Policía de Investigaciones, PDI, llama "secuestro virtual" a estas estafas telefónicas, utilizadas para conseguir transferencias de dinero a distintas cuentas bancarias. Y ya no solo se hace a través de llamadas por teléfono, sino que el delito se puede producir a través de SMS, whatsapp u otros medios.

También ocurre que cuando hay una denuncia por presunta desgracia, los delincuentes simulan un secuestro de alguien que está desaparecido para sacar provecho de la situación, sin tener retenida a la persona. En los últimos años, debido a los retiros de 10% de los recursos ahorrados en los fondos previsionales, se conocieron asimismo intentos de estafas en que personas llamaban supuestamente a nombre de la AFP, pedían a los trabajadores que entregaran sus claves para que se les hiciera el depósito correspondiente.

Esto revela que la delincuencia es cada vez más sofisticada y utiliza metodologías osadas que ya no sorprenden.

La prevención y la denuncia siguen siendo las mejores herramientas para dar a conocer estas situaciones y evitar que les ocurran a otros, con consecuencias lamentables.