La desinformación, un desafío de todos
La desinformación nos está poniendo nuevos desafíos como sociedad. Si bien en sus inicios este flagelo se centraba en la búsqueda de ilegítimos beneficios económicos de algunos o en la posibilidad de afectar la honra de las personas e instituciones, hoy en el mundo está siendo utilizada como herramienta para amenazar las democracias sanas, ayudando a la proliferación de gobiernos populistas de todos los signos políticos y sostén de regímenes autocráticos, a través de la manipulación para crear temor y desconfianza. Frente a esto, en distintos países la sociedad civil, la academia, los medios de comunicación y en algunos casos las entidades públicas, han explorado caminos para diagnosticar y luchar contra este mal.
La desinformación no se puede enfrentar con herramientas jurídicas que vulneren un derecho humano como es la libertad de expresión, a través de leyes que apunten al establecimiento de una verdad oficial o iniciativas que busquen un mayor control estatal sobre la información. Las herramientas más eficaces y respetuosas de la libertad van por el camino de la educación, del chequeo de datos y de que los mismos lectores asuman un rol más activo y responsable en esta labor.
Recientemente el Gobierno anunció la creación de una "Comisión Asesora Contra la Desinformación" dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y encabezada por la titular de esa cartera, Aisén Etcheberry Escudero. Esa definición hace suponer que se abordará el fenómeno de la desinformación desde la educación y de los avances tecnológicos, que es de donde provienen los mayores desafíos en esta materia. Desde la Asociación Nacional de la Prensa vamos a colaborar con esa instancia si el objetivo es avanzar en esa dirección, como se lo manifestamos al gobierno.
E igualmente, estaremos atentos a cualquier deriva hacia la utilización del flagelo de la desinformación para conseguir mayores controles sobre la libertad de expresión en los medios de comunicación, como lo fue el controvertido proyecto "Más Voces", que impulsó hace un tiempo el Ministerio Secretaría General de Gobierno (Segegob) bajo la consigna de promover el pluralismo en los medios de comunicación. Una sociedad democrática se sustenta, entre otras cosas, en que ningún gobierno, con la excusa de proteger a la población, pueda erigir sus ideas como verdades únicas, restringiendo, con su poder, otras expresiones y opiniones.
Juan Jaime Díaz Cauquelin, presidente Asociación Nacional de la Prensa (ANP)
Lingüística cognitiva
El grado en que el lenguaje humano es inseparable del pensamiento ha sido materia de estudio en el terreno de la lingüística, psicología, filosofía y afines. Así no más Wittgenstein (1889-1951) escribió "los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente". El lingüista Wallace Chafe (1927-2019), Profesor Emérito, Departamento de Lingüística, Universidad de California, Santa Bárbara, EE.UU presenta en su libro (2017) "Thought-based Linguistics: How languages turn thought into Sounds", una teoría del lenguaje basada en la estructura y flujo del pensamiento que trasciende las miradas comunes a las que la lingüística tradicional nos tiene acostumbrados. El lenguaje comienza en el pensamiento de un hablante, y, concluye afectando el pensamiento de quien nos escucha.
El rol del pensamiento lo reclama la semántica al sostener que los significados son "impuestos" en el pensamiento por la estructura sintáctica de una lengua. Segundo, los pensamientos no se prestan para ser sometidos al análisis lingüístico. Chafe sugiere formas para describir los pensamientos y traza los caminos que siguen las lenguas desde una idea hasta convertirse en discursos. Explora, además, las formas en las que los pensamientos se orientan en el tiempo, memoria, imaginación, realidad, y emociones. El texto entrega también las diferencias entre oralidad y escritura, las funciones de la prosodia (modulación de la voz) en la lengua hablada. Destaca la prioridad de la "cognición", y, cómo ésta fluye cuando hablamos o escribimos.
Omer Silva Villena