El rapero Rolando Fino visitará otros géneros en su primer disco
MÚSICA. Tras varios EP derechamente de hip-hop, experimentará con otros sonidos en "Finómano", del que adelantó "Namá".
Enfocado en hacer su primer disco de larga duración, Rolando Fino un día se dio cuenta de que llevaba un año sin sacar música. Así fue como en dos meses se puso de cabeza a hacer "Negro Cromo", EP que lanzó este año y al que sucederá "Finómeno", álbum que planea presentar en noviembre.
El rapero de 30 años, "nacido y criado en San Bernardo", como él se presenta, irrumpió en la escena urbana local en 2017 con sus primeras canciones. Pero dio su primer paso en la música a los 14 años, cuando sin ningún conocimiento técnico grabó su primer tema junto a un amigo. "Eran como tres minutos de rap. No sabíamos ni siquiera ponerle pausa al programa, así que si me equivocaba teníamos que grabar todo de nuevo", recuerda Matías González, nombre real de Rolando Fino. "Para mí fue mi primer gran impulso, no podía creerlo", dice sobre esa primera grabación hace 16 años.
Luego de eso vinieron varios sencillos y en 2018 el EP, "Run Impala", cuyo primer corte se titula "San Bernardino". "Yo soy muy abanderado de mi comuna, no a nivel municipal, a un nivel de la historia que tengo allá y la gente, que han sido parte de mi desarrollo", declara.
En 2019 lanzó su sencillo más popular a la fecha, "Ardillas en el parque", que tuvo un remix con Portavoz, uno de los nombres más populares del rap chileno. En 2020 lanzó su EP "Like Mandrilo", luego "Negro Cromo" este año y ahora "Namá", primer single de su primer álbum.
Una canción en que Rolando Fino se animó a cantar, y no rapear, y que grabó junto a la artista urbana de la Región de Valparaíso Seamoon, que sumó su voz a un tema que se acerca a la bossa nova.
¿"Namá" refleja lo que será el disco?
Sí, definitivamente. Creo que lo que estamos buscando en este nuevo álbum es la experimentación con estos ritmos un poco alejados de mi ritmo máter, que es el rap. Ponerse un poco a prueba e ir metiéndonos en estos ritmos que te dan opción de hablar otras cosas. "Namás" me lleva a cantar, que no es algo que haga normalmente, yo soy más rapero. Entonces igual es una búsqueda de conocer esas técnicas, se tocan sensibilidades nuevas y me dio la posibilidad de hacer esta colaboración con Seamoon.
¿Cómo te sientes cantando?
Es un desafío siempre, porque claro, de repente la gente espera más que estés rapeando, entonces no sabes qué le va a parecer a tu público escucharte cantar. Pero ha tenido una muy buena recepción.
¿Qué otros sonidos vas a experimentar en tu disco?
Es bien variado. Tenemos R&B, funk, agrometal, rock, rap, bossa nova, hay harta fusión con jazz.
De hecho, cuenta el músico que el álbum tendrá varias colaboraciones, incluida una con Ignacia Fernández, voz de la banda de death metal Decessus, y otra con Aerstame, de Movimiento Original.
Una búsqueda en que, dice, no teme acercarse a lo masivo. "No le tengo miedo al maisntream, pero me gustaría llegar con una propuesta más robusta en cuanto a lo artístico y al mensaje", explica.
¿Te sientes un artista urbano?
Sin duda siento que el rap es parte de eso. Todos venimos de donde mismo, que es un género de barrio, de músicos, de poetas que tienen vivencias reales y encuentran una forma sencilla de expresarlas. Sí me siento parte de eso, pero no de ese nuevo género urbano. No es que no me guste, pero no es a donde yo me quiero dirigir. Prefiero ser fiel a lo que pienso, a cómo me siento cómodo. Yo creo que se puede hablar de lo que sea porque hay música para entretener, para bailar, a gustos colores. Me gusta que haya variedad y que Chile se esté posicionando como una eminencia en música.