Simce: una cruda radiografía
Una señal de alerta y un llamado inmediato a tomar acción representan los resultados del Simce 2022, que reflejan la cruda realidad que dejó la pandemia en la educación escolar. No sólo se constató una baja notoria en Matemáticas para los estudiantes de 4° básico y segundo medio, que fue aún más marcada en el caso de las mujeres, sino que además los alumnos que alcanzaron un nivel "adecuado" de aprendizaje no llegaron siquiera al 20%, mientras que aquellos que presentaron un estándar "insuficiente" subieron de 37% a 45%.
Ante este escenario, las autoridades reaccionaron indicando que tenemos un importante desafío hacia adelante. Desde mi perspectiva, se requiere un enfoque que se haga cargo de estos resultados con mayor sentido de urgencia, pues de seguir en esta senda será muy complejo revertir estas carencias, impactando directamente en el desarrollo y crecimiento de tantos jóvenes que tuvieron que enfrentar un forzoso proceso de enseñanza a distancia.
Para esto, es fundamental que aunemos esfuerzos, experiencia y voluntades. De nada sirve que el ministerio intente dibujar soluciones y otros tomen la vereda de la crítica. Materias relevantes como esta deben entenderse como una causa país, que trascienda colores políticos y que nos llame a trabajar juntos de manera colaborativa porque lo que está en juego no es la evaluación de un Gobierno o una escala de resultados, sino el desarrollo y progreso de una nación.
Claudio Ruff, rector Universidad Bernardo O'Higgins
Empatía digital en las redes sociales
Vivimos en una época con alto consumo de redes sociales. Según el portal de estadísticas Statista, Chile es el segundo país de Latinoamérica que más horas destina a plataformas de internet como Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp y YouTube.
Este fenómeno nos hace levantar alertas a algunas dinámicas del mundo digital. Muchos usuarios se sienten con la autoridad de realizar comentarios ofensivos y agresivos. Se transforman en jueces virtuales. Por ello debemos poner el concepto de empatía digital: ponerse en el lugar del otro, al que le queremos hacer algún comentario.
Todos tenemos la libertad para usar redes sociales, subir y comentar cosas; pero esto no nos convierte en dueños de la verdad, ni nos da el derecho a agredir con comentarios despectivos y llenos de odiosidad. Libertad de expresión no significa libertad de agresión.
Eduquémonos en empatía digital, en ponerse en el lugar del otro, acoger y comprender emociones y responder de manera asertiva y solidaria a pesar de la distancia y las legítimas diferencias que podamos tener. Esto implicaría fomentar un espacio inclusivo para el diario y buen vivir.
Hugo Covarrubias, docente Trabajo Social U. Central
Renuncia de Patricio Fernández
Considero pésima la decisión del gobierno de haber aceptado la renuncia de Patricio Fernández a la comisión conmemorativa de los 50 años del Golpe de Estado. Abre innecesariamente un flanco de críticas cediendo ante las presiones de grupos que o no escucharon la entrevista de Fernández o entienden poco lo que significa tener legítimas opiniones matizadas respeto de los procesos históricos políticos.
Fernández lo único que hizo fue separar el hecho del Golpe mismo y sus eventuales causales (acerca de las que no emitió ninguna opinión en uno u otro sentido) y las gravísimas e inaceptables violaciones a los DD.HH. donde en cambio sí fue claro y enfático en señalar una posición crítica y que en cuya materia no debería haber dos opiniones, es decir, condenó enérgicamente las violaciones a los DD.HH.
Pero quienes le apuntan con el dedo, lo hacen pareciera sin haber escuchado la entrevista o no haber comprendido cabalmente sus dichos, que no admiten ninguna duda en su compromiso con los DD.HH. y la democracia. Tampoco hace ninguna concesión ni relación causa efecto entre los motivos políticos internos y externos que llevaron al quiebre democrático (sabemos que el Golpe obedeció a múltiples factores) con los siempre intolerables y condenables atropellos gravísimos a los DD.HH. lo que al parecer tampoco comprenden los que critican.
Rodrigo Reyes Sangermani