Alianzas para la vida
Cada año los aliados estratégicos en los distintos niveles de la cotidianidad se hacen casi imprescindibles porque cada centro de práctica se transforma en espacio de aprendizaje para la vida
La formación de un profesional pasa por distintas etapas y por muchos años de permanencia en instituciones de educación, por el apoyo de la familia y de los entornos más cercanos. Pero una de las pruebas que deben sortear los estudiantes que han llegado a la culminación de una de las fases de estudios superiores es aprobar en forma satifactoria sus prácticas profesionales que no pueden ser materializadas sin el apoyo de empresas, organismos e instituciones ligadas al quehacer público y privado.
Sin ellas, el esfuerzo de años de estudios y preparación quedarían, tal vez en letra muerta, en un cúmulo de notas que validan una serie de conocimientos e incluso destrezas adquiridas, pero la perfección de los procesos la hace la práctica constante, el ensayo y el error, y el acompañamiento continúo de los que ya han transitado un camino.
Cada año los aliados estratégicos en los distintos niveles de la cotidianidad se hacen casi imprescindibles porque cada centro de práctica se transforma en espacio de aprendizaje para la vida, en momentos que se almacenan en la memoria a largo plazo, porque difícilmente se olvida el primer día de ingreso a las prácticas profesionales, a menos que se presente un deterioro de la función cognitiva.
Por eso la mano que se mantiene entrelazada por años entre la academia y el sector empresarial o el público se consolida en una amalgama donde se cimientan las bases de formación de los jóvenes casi profesionales, quienes, sin contar aún con un título en mano, deben empezar a asumir responsabilidades a la par de los ya titulados o post titulados, guardando, lógicamente, los niveles de responsabilidades inherentes a los cargos y las funciones.
Esta acción de gran valor algunas veces los dejamos dentro de la categoría del "compromiso social empresarial", cuando sabemos que ese primer encuentro del estudiante que asume su rol profesional puede literalmente transformar la vida de muchos egresados, porque es el momento justo que le permite afrontar dudas, temores e inquietudes que a lo largo de los años de estudios se plantearon cómo volverse a preguntar ¿realmente esto es lo que quiero hacer por muchos años?
Aunque hoy no es un día de celebración, ni conmemoración de los aliados estratégicos, es un buen día para realzar sus aportes con las instituciones de educación superior porque allí se concentran los semilleros donde florecen por primera vez las generaciones de relevos, donde nacen los compromisos con las distintas áreas de conocimiento e inclusive donde el amor por una carrera u otra es un contrato por décadas.
José Luis Franco Montaña,
rector Santo Tomás Chillán