Inasistencia escolar y liderazgos
Los resultados del Simce evidenciaron que la presencialidad es clave para el logro de aprendizajes. Lo que resulta preocupante son las recientes cifras de inasistencia dadas a conocer por el Ministerio de Educación, en las que el 27% de los estudiantes registra inasistencia grave, cifra que era un 17% previo a la pandemia.
Aquí los directores y directoras de establecimientos escolares y sus equipos directivos juegan un rol fundamental. Son los actores que generan las condiciones para el logro de aprendizajes y el bienestar de los estudiantes. Necesitamos potenciar políticas públicas enfocadas en el rol que cumplen estos líderes escolares, reconociendo su trabajo, responsabilidad e impacto en la vida de miles de niños, niñas y adolescentes.
Soledad Ortúzar, U. del Desarrollo
El uso de la IA en la Educación Superior es posible
Hace 30 años, cuando comenzó la masificación del uso de computadores, se cuestionó su uso como herramienta educativa y creo que hoy pasa lo mismo con la inteligencia artificial (IA), pese a sus aportes a nivel académico.
El debate generado por la aparición del chat GPT de Microsoft, es un reflejo de lo anterior. Lo nuevo, las herramientas desconocidas causan incertidumbre y se apuran juicios por el uso inmediato, sin reparar, por ejemplo, en las potencialidades predictivas y de enseñanza que pueden generar.
Soy un creyente de que la IA puede aportar mucho a la educación técnica profesional, ya que pueden usarla a su favor para aportar valor a su trabajo y a sus quehaceres diarios. La tecnología sigue un patrón que elimina los errores.
El desafío para las instituciones de educación superior consiste en enseñar bien el uso de estas herramientas como apoyo para formar técnicos y profesionales más eficientes y competentes.
Una vez aprendido todo su potencial, seremos capaces de transferir el conocimiento a los estudiantes y capacitar a los profesionales ya insertos en el mercado laboral. Este boom está recién comenzando y todos los educadores tienen un rol primordial en su aprendizaje.
José Miguel Bejide Barturen, director de Escuela de Tecnologías Aplicadas Instituto Profesional IACC
El dilema de la IA en la formación universitaria
Naciones Unidas proyecta que tres de cada cuatro empleos estarán relacionados con las tecnologías al año 2050, en especial aquellos de la denominada cuarta revolución industrial.
La acelerada irrupción de plataformas basadas en inteligencia artificial (IA), en los últimos meses, ha puesto el tema en el centro del debate en múltiples ámbitos, entre ellos, cómo no, en las universidades y el mundo académico.
Este escenario de evolución tecnológica abre desafíos y oportunidades. La masificación de la IA implicará el uso de nuevas herramientas como complemento a los procesos de aprendizaje, tal como en su minuto fue el computador o la Internet. Con todo, es claro que esta adaptación también requerirá modificaciones en aspectos críticos, como la evaluación, y abrirá un profundo debate ético sobre el alcance de las tecnologías y la calidad de la formación.
En los últimos meses, como consecuencia de la veloz evolución en la adopción de las tecnologías, universidades de todo el mundo han entrado al debate sobre los aspectos éticos de la IA. En algunos casos restringiéndola, en otros prohibiendo su utilización, al menos hasta generar protocolos que reduzcan sus usos abusivos, como el plagio de trabajos o la resolución de problemas (este llamado a la ralentización en el avance de la IA también tuvo eco en otros sectores, como el de los gobiernos o las propias empresas tecnológicas).
El avance de la inteligencia artificial exigirá estudiantes con mayor capacidad de comprensión del mundo y el fortalecimiento de su pensamiento crítico. Es claro que el ser humano seguirá teniendo un rol central en la sociedad, aunque probablemente el reto estará puesto en encontrar dónde estará su principal contribución y la forma que podrá desplegar su capacidad de crear y desarrollar soluciones a problemas de alto impacto, teniendo como complemento fundamental las nuevas tecnologías. Allí, las universidades tendrán mucho que aportar.
Paz Hormazábal vicerrectora, Universidad de Las Américas, sede Concepción