Comisión Asesora contra la Desinformación
Esta semana comenzamos a sesionar en la Comisión contra la Desinformación. Una instancia convocada por el Estado pero que nace 100% de la sociedad civil porque al seleccionarnos, primó un criterio técnico por sobre uno político. Los nueve miembros somos profesionales con reconocida trayectoria laboral, académica y también humana. Estamos confiados en que será un proceso que nos hará crecer como país y estamos agradecidos que se sigan abriendo espacios para que desde el mundo académico y la ciudadanía podamos aportar al debate, siempre con criterios objetivos y responsabilidad.
Es un error asociar este debate a la libertad de prensa, ya que desde un inicio hemos reiterado en diversas ocasiones que no buscamos generar una verdad oficial sobre un debate en particular, ni tampoco consideramos elaborar recomendaciones respecto a los medios de comunicación. Por lo mismo, es hora de avanzar en la discusión hacia lo que verdaderamente importa, nuestra institucionalidad. El impacto que han tenido las nuevas tecnologías de la información y el uso de la inteligencia artificial es profundo y recién comienza. En este sentido, es clave abordarlo desde un punto de vista histórico, sociológico, comunicacional y cultural; y también desde un aspecto técnico. Hoy se hace cada vez más fácil falsificar una imagen o la voz de una persona, lo que puede desembocar en nuevas formas de efectuar engaños y delitos. Esta comisión es una oportunidad para que la sociedad civil pueda analizar y recomendar a quienes toman decisiones sobre el futuro, porque la protección de nuestra ciudadanía y democracia, es algo que nos tiene que convocar a todos.
Paulina Ibarra, directora ejecutiva Fundación Multitudes, integrante Comisión Asesora contra la Desinformación
Cigarrillos electrónicos y sus efectos nocivos
Los cigarrillos electrónicos, también conocidos como vaporizadores o e-cigarrillos, se han vuelto cada vez más populares en los últimos años. Estos dispositivos prometen ser una alternativa más segura al tabaquismo tradicional, sin embargo, los estudios han demostrado que también tienen efectos nocivos para la salud.
Uno sus principales problemas es la presencia de sustancias químicas dañinas en los líquidos utilizados. Aunque se afirma que estos fluidos son menos perjudiciales que el humo del tabaco, contienen nicotina, propilenglicol, glicerina y otros aditivos que pueden dañar los pulmones y el sistema cardiovascular. Además, la nicotina de estos aparatos es altamente adictiva, pudiendo llevar a una dependencia similar a la del tabaco, principalmente por las altas concentraciones que pueden llegar a tener.
Puede ser que el marketing agresivo y los sabores atractivos hayan llevado a un aumento en el consumo entre los jóvenes, lo que puede traer consecuencias graves para su desarrollo y salud a largo plazo.
Así es como en los últimos años se ha observado un aumento en los casos de enfermedades pulmonares producto de su uso. Algunos usuarios han desarrollado una afección conocida como lesión pulmonar relacionada con el vapeo (EVALI en su sigla en inglés), que causa síntomas como dificultad para respirar, tos, dolor en el pecho y fiebre. Si bien no se ha identificado el motivo exacto, se cree que los productos químicos tóxicos presentes en los líquidos pueden estar relacionados con esta enfermedad.
Se debe tener presente que, aunque los cigarrillos electrónicos se promocionen como una alternativa más segura al tabaquismo convencional, existen evidencias claras de que también tienen efectos nocivos para la salud. La presencia de sustancias químicas dañinas, los riesgos de enfermedades pulmonares y la adicción a la nicotina son preocupaciones serias que deberían tomarse en cuenta antes de usarlos.
Samuel Gutiérrez, director carrera de Kinesiología Universidad de Las Américas sede Concepción