El impacto de las mascotas en la fauna silvestre
La colonización de áreas silvestres para la construcción de asentamientos humanos, y para el establecimiento de actividades productivas o industriales, ha conllevado a diversos tipos de impactos en la naturaleza. Uno de ellos se asocia a las interacciones que animales domésticos, como perros y gatos, han establecido con la fauna silvestre. Los impactos negativos asociados a estos intercambios varían, los animales domésticos pueden interferir con los procesos naturales de distintas especies, constituyendo una fuente de enfermedades y, eventualmente, atacar o cazar fauna silvestre.
A nivel nacional se puede mencionar, por ejemplo, el dramático efecto que han tenido los gatos domésticos sobre las poblaciones de Picaflor de Juan Fernández, especie que hoy en día se encuentra en peligro de extinción; y en la isla Robinson Crusoe se observan habituales ataques por parte de perros a distintas especies de fauna.
A nivel nacional se puede mencionar, por ejemplo, el dramático efecto que han tenido los gatos domésticos sobre las poblaciones de Picaflor de Juan Fernández, especie que hoy en día se encuentra en peligro de extinción. Además, se registran ataques de perros a distintas especies de fauna a lo largo de todo el territorio nacional, lo que se ha convertido en una de las principales causas de ingreso de pudúes a centros de rehabilitación y de zorros gravemente afectados por sarna. Si bien las mascotas son miembros importantes de nuestras familias, y la promulgación de la Ley de Tenencia Responsable es un avance significativo en el reconocimiento de los derechos de los animales, debemos recordar que esta ley no solamente se enfoca en los deberes de los tutores para con el bienestar de las mascotas, sino que también en su correcta supervisión y manejo sanitario para evitar consecuencias dañinas para la salud del medioambiente. Es fundamental que tutores supervisen el movimiento de sus animales, particularmente en zonas rurales.
En lo que se refiere a los ataques a la fauna silvestre, por ejemplo, expertos ya han indicado que la gran mayoría son cometidos por perros que, si bien tienen dueño, pueden moverse con total libertad sin el control o vigilancia de sus tutores.
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Maria Alejandra Sandoval, Académica Escuela de Medicina Veterinaria U. de Las Américas
Certificado de salud mental para adultos mayores
Soy médico graduado hace 52 años y la mayor parte de estos años profesionales los he dedicado a la geriatría.
En el último tiempo he visto que para efectuar operaciones económicas se les exige a los mayores de 70 años presentar un certificado de estado mental.
Esta exigencia es arbitraria, abusiva, ofensiva y degradante. La edad no es sinónimo de disminución de capacidad mental y un certificado digital, fácilmente falsificado, puede servir para ocultar el dolo que pudiese haber en una transacción comercial.
Las estafas, robos, apropiaciones indebidas, aprovechamiento de vulnerabilidades se ven en todos los grupos de convivencia humana y frecuentemente en las familias, pero no tienen que ver con la edad, sino con falta de valores y ausencia de principios morales.
El artículo 1447 del Código Civil vigente establece incapacidades legales que no contemplan edad y el artículo 1016 del mismo código, referido a testamentos, establece la circunstancia de "hallarse en su entero juicio", confirmado con testigos. No existe esta norma para otra circunstancia, sin definir claramente estos términos.
En los años 2021 y 2022 hay resoluciones judiciales que prohíben específicamente a los notarios solicitar estos certificados, a pesar de lo cual lo siguen haciendo, lo que demuestra la falta de respeto por las disposiciones judiciales.
Como profesional que tiene atribuciones para extender estos certificados me resulta violento, porque si mi paciente no está enfermo se siente menoscabado/a al tener que recurrir a un médico para probarlo. Y, me ha ocurrido, que al confirmar una discapacidad no atribuible a la edad, sino a una enfermedad, he sido presionada para modificar el documento; o lo desechan y buscan otro profesional.
Si se evalúa defender la correcta comprensión de un contrato económico todas las partes deberían declarar que no saben de limitaciones en la voluntad de los participantes, asumiendo las sanciones si no es cierto y no ampararse en certificados que solo pueden dañar a personas mayores. Estos certificados ilegales solo sirven para avalar "irreprochable conducta" del resto de los participantes del negocio. Si la exigencia de este documento tuviera "buenos fines" habría que pedirlo a todos los mayores de 70 años, incluyendo senadores, diputados, expresidentes, presidentes y directores de grandes sociedades, rectores, académicos y un largo etcétera..
Dra. Helia Valencia
Médico geriatra Universidad de Chile