Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son la segunda causa de muerte en Chile, además de dejar con discapacidad a una parte importante de pacientes que han sobrevivido a la enfermedad, sobre todo en personas mayores de 65 años. En Chile, el año 2021 hubo 29.542 egresos hospitalarios por ACV y esta enfermedad fue la segunda causa de mortalidad, después de las enfermedades isquémicas del corazón, sin considerar la pandemia por Sars-CoV-2. Se registraron 7.501 defunciones por ACV ese mismo año, lo que equivale a 1 muerte cada 72 minutos.

Estadísticamente, uno de cada seis chilenos, sobre todo adultos mayores, se ven afectados alguna vez por un ACV, que consiste en la pérdida repentina de una función neurológica, producida por la obstrucción o rotura de un vaso sanguíneo cerebral, y que se manifiesta en la pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, la alteración del lenguaje, que se hace incomprensible o bien la persona no entiende lo que se le dice; una disminución de la sensibilidad y dolor de cabeza muy fuerte.

El ACV se puede prevenir, se puede tratar en urgencias, es una patología que no sólo puede afectar a adultos o adultos mayores y que en la medida que haya una adecuada y oportuna detección, puede tener una buena recuperación. Es vital controlar la presión arterial, el colesterol, la glicemia. El Ministerio de Salud, lleva a cabo planes y programas, que incluyen desde la prevención, hasta el trabajo de recuperación de personas que han sufrido accidentes cerebrovasculares. Además, es posible consultar por factores de riesgo, medidas de prevención y también cómo actuar frente a un ACV a través del fono Salud Responde 600 360 7777.

Las cifras recientes publicadas por el Banco Central son alentadoras. El índice de incertidumbre económica ha experimentado una significativa disminución, situándose en niveles similares a los previos a octubre de 2019. Esto es un indicio claro de que los esfuerzos conjuntos de los distintos sectores están contribuyendo a estabilizar el panorama económico en Chile.

Un factor relevante para este cambio positivo ha sido el control de la inflación por parte del Banco Central. Se espera que, hacia finales de este año, la inflación alcance niveles cercanos al 4%, generando un ambiente propicio para el crecimiento económico.

Además, otro aspecto que merece destacarse es la mejoría en las condiciones crediticias en el país.Si bien se ha observado una oferta restrictiva de créditos de consumo, es alentador saber que la fracción de bancos que reporta condiciones más estrictas ha disminuido considerablemente, abriendo oportunidades para acceder a financiamiento.

Las condiciones de oferta de crédito para las pymes se restringen, con estándares más exigentes respecto del trimestre previo; sin embargo, para las firmas grandes, la fracción de bancos que informaron estándares más estrictos se redujo. En cuanto a las condiciones de otorgamiento de crédito a empresas constructoras e inmobiliarias, aunque continúan restrictivas, disminuyó la proporción de bancos que ofrece condiciones restrictivas, especialmente para las inmobiliarias.

Para los créditos de vivienda, la mayoría de los bancos encuestados no reporta cambios en sus estándares de otorgamiento.Resulta importante seguir avanzando en mejorar las condiciones crediticias para impulsar la inversión y el empleo; esto fortalecerá la demanda de créditos de las familias, tanto de consumo como de vivienda, las cuales se encuentran actualmente debilitadas.

La demanda de crédito por parte de grandes empresas sigue contrayéndose, pero a un ritmo menor. Lo mismo ocurre con la demanda de crédito de las pymes. También se aprecia que la caída en la demanda por créditos en las inmobiliarias y constructoras se está atenuando, anticipando una estabilización y posterior crecimiento.

Es innegable que las reformas constitucionales y tributarias en curso han impactado en la estabilidad económica del país, generando importantes períodos de incertidumbre. Sin embargo, es alentador observar que esta incertidumbre política se está disipando gradualmente y que el camino hacia una mayor estabilidad se está encauzando con mayor certeza.

Si logramos mantener esta tendencia, consolidando un futuro político más estable y predecible, podremos alcanzar un crecimiento económico sostenible. Una economía más sólida y estable se traducirá en más oportunidades de empleo y en un crecimiento en los salarios para los trabajadores chilenos.

Ricardo Salman Aburdene

presidente CChC Chillán