Las tropas ucranianas continuaron ayer su avance paulatino en el sur del país, a la espera de una nueva partida de ayuda militar de EE.UU. para que la contraofensiva abarque toda la línea del frente.
"Las fuerzas ucranianas continúan realizando operaciones ofensivas en dirección a Melitópol y Berdiansk y avanzan paulatinamente", escribió en Telegram la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar.
Las acciones ofensivas de Ucrania en la región de Zaporiyia, que acoge la mayor central nuclear de Europa, fueron reconocidas ayer por las autoridades locales impuestas por Moscú.
El representante ruso en Zaporiyia, Vladímir Rogov, admitió que las fuerzas enemigas lograron "incrustarse" temporalmente en tres puntos de la línea defensiva rusa, pero "no entraron en (la aldea de) Robotyne".
"El ataque de las Fuerzas Armadas ucranianas fue rechazado", aseguró.
El gobernador de la región designado por Moscú, Yevgueni Balitski, alertó de la ofensiva ucraniana en la región que comenzó de madrugada y se topó con una "fuerte resistencia" rusa, dijo. La situación en la zona es "tensa" y el enemigo sufre "pérdidas significativas", agregó en Telegram.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que todos los ataques ucranianos en esta zona han sido repelidos.
"Durante la última jornada fue repelido un ataque enemigo en el frente de Zaporiyia, en dirección a Robotyne", señaló el portavoz castrense Ígor Konashénkov, en su parte diario.
Rusia contraataca
Konashénkov también informó de que las tropas rusas avanzaban por segundo día consecutivo en el frente de Limán, en Lugansk.
El martes, Rusia anunció la toma de la aldea de Serhiivka, en Lugansk, que había perdido en otoño de 2022.
Ucrania no ha reconocido la pérdida de control sobre ese pueblo y aseguró ayer que continúa "frenando el avance de las tropas rusas en dirección a Kupiansk y Limán".
"El enemigo se aferra a cada metro de la tierra ocupada, opone fuerte resistencia, utiliza reservas y sufre pérdidas importantes", afirmó Maliar.
Baterías antiaéreas
Mientras, Washington informó de la concesión de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 400 millones de dólares con baterías antiaéreas y antitanque, entre otros materiales. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, indicó que con esta ayuda EE.UU. quiere reforzar a Ucrania en el campo de batalla, además de ayudarle a retomar el territorio perdido frente a Rusia y a defender a sus ciudadanos.
Desde el Pentágono precisaron que la ayuda contiene también municiones para baterías Patriot y los Sistemas de Misiles Nacionales Avanzados Tierra-Aire, denominados NASAMS.
Además, en Ucrania anunciaron el pronto envío al frente de 1.700 nuevos drones.
"Apoyamos la contraofensiva enviando al frente 1.700 drones. Entre ellos, aparatos de asalto y de reconocimiento", escribió en Telegram el ministro de Transformación Digital, Mijailo Fedórov. Según el ministro, los vehículos no tripulados están utilizando inteligencia artificial, que permitirá detectar y neutralizar de forma más efectiva objetivos enemigos.
Simultáneamente, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, afirmó que el Gobierno asignará este año unas 40.000 millones de grivnas (1.000 millones de dólares) a fabricantes locales de drones.
"La guerra nos plantea nuevos desafíos cada día y una de las claves es la tecnología militar. Debemos estar un paso por delante del enemigo y proteger a cada uno de nuestros soldados. Los drones brindan esas oportunidades", aseguró.