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Acceso de migrantes a la Educación Superior
Chile es un receptor de oleadas de migrantes desde siempre, destacando en los últimos años los provenientes de Venezuela, Haití y Colombia. Como sabemos, gran parte de ellos arribaron en precarias condiciones económicas y de salud y una vez en el país comienzan lentamente a encontrar un lugar en el mundo del trabajo.
Se puede decir: "No deben ser muchos los casos de jóvenes de familias en esta situación, por qué entonces preocuparnos por esto"; pero es de gran relevancia y obliga a robustecer mecanismos inclusivos que favorezcan el ingreso a las universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales. El acceso a la educación superior favorece el proceso de movilidad social e impacta en el mejoramiento de las condiciones de vida de estos estudiantes y sus familias.
En este esfuerzo deben participar las universidades y el Estado. Los apoyos a estos/as jóvenes deben apuntar al resguardo de que su situación migratoria no sea un impedimento para continuar sus estudios. Esto implicaría, por ejemplo, flexibilizar algunos mecanismos y requisitos para la postulación a las instituciones y a la gratuidad y generar una detección temprana de casos a través de los programas de inclusión que se trabajan desde la enseñanza media con liceos vulnerables.
Esta mirada del valor puesta en lo social nos ayuda a ir creciendo como colectivo humano, a ir reduciendo la pobreza y a construir una sociedad de oportunidades. No podemos dejar en el olvido a estas y estos jóvenes, que por diversas razones se encuentran viviendo en nuestro país.
Andrés Roldán Tonioni, académico Universidad Autónoma de Chile
Derecho a tener derechos
La nueva Constitución que está elaborando el país debe contemplar y garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes (NNA) como titulares de derechos plenos. Esto significa no solo reconocer sus derechos fundamentales, sino también crear mecanismos eficaces para su protección, promoción y participación.
Los NNA son el sector más desprotegido de la sociedad y el que más padece las consecuencias de la desigualdad, la pobreza, la violencia y la exclusión. Los datos son alarmantes y evidencian la urgencia de actuar: en Chile 1 de cada 2 niños sufre violencia en su propio hogar; 7 de cada 10 sufren violencia en algún espacio de sus vidas; en nuestro país, la primera causa de muerte de los adolescentes y jóvenes son los accidentes de tránsito, las lesiones autoinfligidas o ejercidas por otros y la segunda causa son los suicidios; alrededor del 50% de los NNA se sienten discriminados por su apariencia u origen social.
Frente a esta realidad, es imprescindible e inaplazable que la nueva Constitución incorpore una visión integral e interseccional de los derechos de los NNA, que respete su diversidad y especificidad, que asegure su interés superior como principio rector y vinculante para todas las autoridades públicas y privadas, que garantice su participación efectiva en todos los ámbitos que les afectan, que establezca un sistema nacional de protección integral que articule a todos los órganos del Estado y a la sociedad civil para prevenir y reparar las vulneraciones a sus derechos, y que consagre un órgano autónomo e independiente que vele por el cumplimiento y la exigibilidad de sus derechos.
Juan Pablo Venegas
Uso de pantallas con niños
Uno de los temas recurrentes en educación es todo lo referido al uso de pantallas, en especial celulares o tablets por niños. La UNICEF ha sido una de las instituciones internacionales que más se ha dedicado a dar la alerta al respecto, en especial en la primera infancia y más aún, con el segmento de que va desde los primeros meses a los 3 años, por ser una etapa muy delicada en cuanto a las influencias que realizan.
Algunas de las orientaciones entregadas por el organismo internacional señalan que los padres centran su preocupación en el contenido de lo que están viendo, pero el riesgo, según advierten, va más allá de ello. Para empezar, predispone al sedentarismo en una etapa en la que debieran estar relacionándose socialmente, explorando, jugando y moviéndose para ejercitar su desarrollo motor.
María Victoria Peralta, académica U. Central, Premio Nacional de Educación