Entre noviembre de 2020 y noviembre de 2022, la canasta básica de alimentos aumentó un 33% (producto de la inflación) mientras que el IPC subió un 20,9%, asimismo, la línea de pobreza pasó de $174 mil pesos a $216 mil pesos en el mismo periodo. Respecto al ingreso promedio mensual en los hogares, tenemos que el año 2022 por ingresos del trabajo se registra un aumento significativo respecto al 2020, pero no estadísticamente iguales al 2017, por lo tanto, podemos hablar de un efecto de recuperación respecto a la pandemia, pero no de superación respecto al año 2017.
Los datos que nos entrega hoy la Casen 2022, permiten retomar la senda de reducción de la pobreza que se venía dando hasta 2017, en este caso, con una tasa de incidencia del 6,5% en pobreza por ingreso. Se logra disminuir e ir manteniendo la tendencia histórica de reducción de pobreza tanto en lo rural como también en lo urbano. Cuando vemos la tasa de incidencia en pobreza extrema también podemos ver cómo disminuye respecto a 2020, pero no reduce significativamente en términos estadísticos respecto de dos mil diecisiete.
La pobreza multidimensional tiene un impacto negativo en el desarrollo de los niños y niñas. Los niños y niñas que viven en pobreza multidimensional tienen más probabilidades de presentar problemas de salud, de tener bajo rendimiento escolar, y de sufrir violencia. La pobreza multidimensional también puede afectar el desarrollo cognitivo y emocional de los niños y niñas. Será interesante conocer en profundidad los datos relativos a este segmento de la población en relación con las políticas públicas, los recursos implementados y su impacto y efectividad.
Se observa una recuperación en general significativa que permite retomar la tendencia a la baja en Pobreza por ingreso y multidimensional, pero no lo suficiente como para situarnos a los niveles antes de la pandemia. Persisten altos niveles de desigualdad territorial y por género, así como algunos aspectos etarios que deben analizarse en mayor profundidad.
Preocupa que los ingresos autónomos de los hogares no recuperan los niveles de 2017 y ha sido vía transferencias estatales (subsidios) lo que ha permitido mantener el poder adquisitivo de los hogares, fruto de la a mayor elasticidad de precios de la canasta básica por sobre el IPC que golpea más fuertemente a los sectores de más bajos ingresos.
La Casen 2022 nos hace un llamado a reimpulsar con fuerza la prioridad en disminuir la pobreza, a no ser complaciente con reducciones volátiles a coyunturas económicas, sino a hacer cambios estructurales, a través de crear entornos favorables que den mejores oportunidades para salir de las condiciones de vulnerabilidad. Nuevamente el llamado es a invertir en nuestra infancia que demuestra ser paradójicamente la más postergada a la vez que la puerta de entrada a nuestro futuro como sociedad.