El Rojo rozó la hazaña pero le faltó efectividad desde los 12 pasos
FÚTBOL. Gol en el cuarto minuto de descuento de Manuel Rivera forzó definición contra Liga de Quito, en la que chillanejos que cayeron 4-3.
Ñublense amaneció ayer, en medio de la incertidumbre de si se suspendía el partido o no por el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio. Sin embargo, se determinó jugarlo, y los Diablos Rojos en base a un orden táctico y contundencia frente al pórtico rival lograron imponerse 3-2, revirtiendo la derrota en Concepción. No obstante, en la tanda de penales los locales fueron más precisos venciendo 4-3 y avanzando a cuartos de final de la Sudamericana.
Los Diablos Rojos trataron de hacer su juego en la capital de Ecuador desde el primer minuto, apostando por la salida limpia propia del estilo de Jaime García.
Hasta los 20 minutos, salvo un par de errores y situaciones puntuales, iba todo bien. Sin embargo, a los 25, Jhojan Julio batió de cabeza a Pérez con un golazo.
Ahora, nada estaba perdido. Seis minutos más tarde, Raimundo Rebolledo fue derribado en el área por un puñetazo (casual) del portero local, digno de Muhammad Ali en impacto, sin embargo. El árbitro decretó penal en favor de los chillanejos y amarilla para Domínguez, golero de L.D.U.
A Patricio Rubio no le tembló la mandíbula para empatar el partido y mantener el duelo en la misma distancia que tenía cuándo comenzó. Ñublense tenía vida e iba a pelear por ella en un emocionante y vibrante partido. Se fueron 1-1 al entretiempo.
Quince minutos iban del complemento cuando llegó el milagro, si quiere llamarlo así. En su afán por despejar el balón al córner ante la presión de Sosa, Mina convirtió un auténtico autogolazo al clavar el balón en el segundo palo de su propio arco. Ñublense lo ganaba 1-2, nivelaba la llave y con prácticamente todo el segundo tiempo por delante. El fútbol tiene estas cosas, así como sabe ser cruel, también retribuye el esfuerzo, la entrega y el coraje que los de García mostraba en la altura.
Liga se iba con todo por el empate, con más ímpetu que claridad. A los locales se les veía notoriamente incómodos con el acertado planteamiento de Jaime García, que presionaba y ahogaba en la altura. Nícola Pérez sacó un zapatazo de 20 metros, sumando un nuevo "tapadón", de esos clave, a su repertorio.
No bastó con uno, sin embargo. Al minuto 85, Paolo Guerrero cabeceó en el punto penal y Nícola Pérez la desvió al travesaño. El uruguayo ya llevaba dos atajadas de partido.
Sin embargo, así como el optimismo y la esperanza puede nacer, también incrementa el dolor de que te rompan el corazón. Bien lo supo el hincha del Rojo así como los jugadores de Ñublense. Al minuto 92, cuando Ñublense más aguantaba los golpes de Liga, el cuadro ecuatoriano anotó el 2-2 a su favor.
Pero este deporte, sabe ser tan mágico como trágico. Manuel Rivera anotó el gol de su vida en la jugada siguiente para darle el 3-2 a Ñublense y, con ello, el 3-3 en el global. Todo esto en los descuentos. Minuto 94 y Chillán se teñía de esperanza, Quito de desesperación. Y por si fuera poco, a Paolo Guerrero le iba a quedar una más. Una que de 100, convierte 99. Anoche erró esa única. Penales en un auténtico partidazo, para agradecerle al fútbol.
"No tengo nada más que decirles. Péguenle con el alma y no piensen weás" (sic), dijo Jaime García en la previa a los lanzamientos. Los Rojos fueron con ilusión, pero la tristeza terminó ganando. Manuel Rivera y Patricio Rubio vieron atajados sus remates mientras que Liga supo convertirlos todos para decretar la eliminación de los chillanejos del torneo, que se despiden de la Sudamericana con el pecho inflado y la frente en alto.
1-0 era la ventaja con la que comenzó Liga.