Frases
"Doy un paso al costado tras constatar que mi presencia ha sido usada por la oposición como una excusa…"
Giorgio Jackson — Al confirmar su renuncia
— al cargo de ministro de — Desarrollo Social."Doy un paso al costado tras constatar que mi presencia ha sido usada por la oposición como una excusa…"
Giorgio Jackson — Al confirmar su renuncia
— al cargo de ministro de — Desarrollo Social.El objetivo de la Corporación de Ayuda al Niño Quemado, Coaniquem, es rehabilitar de manera gratuita a pacientes con quemaduras y otras cicatrices, desde niños a adolescentes, así como también promover la prevención de accidentes por quemaduras.
Según las estadísticas, estas lesiones son un problema relevante de salud pública en Chile, ya que las estimaciones indican que más de 80.000 niños se queman en forma anual. Se trata de una experiencia dolorosa y que deja cicatrices que estarán presentes toda su vida, no sólo en lo físico, sino también en lo sicológico.
Por ello, si bien la entidad apunta a prevenir, capacitar e investigar en lo referente a estas patologías, también busca la rehabilitación integral de los niños y adolescentes, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de quienes reciben atención en un amplio sentido.
Los especialistas indican que un niño con una cicatriz que daña su calidad de vida también sufre efectos en su salud mental y en el grupo familiar. Hay casos en que no quieren ir al colegio porque son víctimas de bullying.
Los principales ingresos de Coaniquem provienen de sus socios y de donaciones, pero también cuentan con tiendas solidarias y el reciclaje de vidrios. Sin embargo, requieren también del apoyo de empresas y privados, que puedan ayudarles a ampliar la cobertura de atención actual, que es gratuita y especializada. Se trata de una institución que realiza un aporte real a la sociedad y que, además, se hace cargo de un tipo de rehabilitación que es especialmente complejo y que puede cambiar la forma en que un niño proyecte su futuro y su vida de adulto.
Los efectos de la pandemia han sido catastróficos en la educación de nuestros niños, niñas y jóvenes. Según un artículo publicado por el CEP, con lo sucedido en 2020 y 2021, se estima una pérdida total de aprendizaje de más de un año escolar. En el largo plazo y en un escenario sin mitigación, esto equivaldría a una disminución de 5,5% del PIB hasta finales del siglo a raíz del perjuicio provocado por esta pandemia, cuyo costo corresponde a más de un 300% del PIB actual. Y esto es un análisis y mirada sólo en una capa de los efectos de esta crisis, que en definitiva nos invita a hacer una reflexión mucho más contundente que abarca capas más profundas.
La pandemia agudizó una realidad que estaba presente hace décadas, lo que nos hace mirar los fundamentos mismos del contexto educativo. Recuerdo cuando era estudiante, y más allá de las propias exigencias académicas, la "exigencia" se centraba en el hecho de convertirnos en buenos seres humanos, trabajando y creciendo desde la colaboración en conjunto, en el aula, con los profesores. Podemos aplicar técnicas y diversas estrategias para lo que algunos llaman aceleración de los aprendizajes, pero si no vamos más a lo hondo, frente a crisis sistémicas, volveremos al mismo punto y cada vez con más dolor.
Qué duda cabe que el tiempo es un elemento clave para cualquier proceso de desarrollo integral, tiempo afectado radicalmente en la emergencia y crisis sanitaria, pero sería ingenuo pensar que debemos instalar con el tiempo que hoy tenemos en los espacios escolares, la misma lógica y con más presión. No parece sensato.
La invitación es mirar fundamentos y lógicas competitivas instaladas de manera ilógica en la educación, donde sigue primando la construcción individual y la resolución de problemas complejos en solitario. De hecho, Humberto Maturana cita en su libro "Del Ser al Hacer", lo siguiente "una enorme paciencia y realmente escuchar a sus estudiantes y escuchar a su propio escuchar. ¿Qué escucha el niño realmente, cabe preguntarse, cuando uno está hablando con él? ¿Qué percibe? ¿Teme un acto de agresión? ¿Se siente confrontado con una amenaza? ¿O se siente invitado a la colaboración?"
Un tiempo nutritivo se experimenta en colaboración. Un aprendizaje activo y respetuoso, pone al centro el pilar del aprendizaje colaborativo, por la simple razón que somos seres sociales, que generamos comunidades, que debemos vivirlos en interdependencia, que los problemas tan complejos se resolverán en equipos y eso, se aprende en la familia y en la escuela.
El aprendizaje colaborativo trae de la mano competencias tales como la comunicación, la empatía y la escucha activa. El aprendizaje colaborativo implica respetar diversas formas de ser, hacer y trabajar, para poner al servicio talentos únicos de cada niño, niña y joven. Los lenguajes hasta hoy instalados en contextos escolares hablan de mejores y peores, de ganadores y vencidos, de contrincantes y de hasta rivales. Hagámonos cargo de que los lenguajes, generan realidades.
Bernardita Jensen,