Vivian Beñaldo Catalán
Recientemente, el Cuerpo de Socorro Andino (CSA) manifestó su preocupación, dado que aseguran que hasta 2019 recibieron transferencias de recursos por parte de Onemi y que, desde el 2022, han venido dialogando con el actual Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) para ser incluidos en el presupuesto del 2024. Para ello, el organismo de montaña presentó una propuesta por un monto aproximado de $250 millones anuales, por lo que se reunieron la dirección nacional de Senapred, desde donde les informaron que ya había sido enviado el presupuesto de la institución a la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda, sin incluir al CSA.
Tras aquello, el director del Cuerpo de Socorro Andino, Felipe Silva, declaró que se trataba de una mala noticia, pues "actualmente el CSA atraviesa una situación económica sumamente precaria. La institución se financia en base a los aportes de los propios voluntarios y gracias a la generosidad de muchas personas que han sido rescatadas por el CSA", dijo.
Como ejemplo de lo anterior, Silva agregó que "muchas delegaciones de la institución no cuentan con vehículos, siendo en ocasiones necesario que los rescatistas pongan sus vehículos particulares para acudir a emergencias".
Por su parte, la delegada de Las Trancas, Corinne Bentley-Rawson, sostuvo que "desde el 2019 que no recibimos ningún financiamiento del Gobierno para cubrir nuestras necesidades, y el rechazo por parte de Senapred hacia el presupuesto de la institución para el 2024 ha sido un golpe duro".
Referente a cómo han obtenido los recursos para seguir operando en Ñuble, la delegada en la zona cordillerana de la región reflexionó que "nuestra delegación ha tenido que depender de eventos privados, de recaudación de fondos como era la Feria de Las Trancas y donaciones privadas de vecinos. Sin embargo, las cuarentenas y restricciones impuestas durante la pandemia nos impidieron realizar eventos de recaudación de fondos durante varios años y, desde entonces, la situación económica del país ha significado que muy pocas personas pueden brindar su apoyo. En consecuencia, a nuestro equipo le resulta difícil llegar a fin de mes".
"No es que nos importe recaudar fondos. Pero tengo la firme convicción de que nuestros gastos con respecto al vehículo, el equipo y la necesidad de un seguro para nuestros voluntarios, entre otros, podrían ser cubiertos por el Estado", enfatizó la delegada de Las Trancas.
Según detallaron desde la entidad, Socorro Andino en la región recibe 20 llamadas al año, y la mayoría de estos casos se trata de rescates altamente técnicos, que requieren voluntarios especializados en rescates en altura, en nieve y en hielo para llevar a las personas a un lugar seguro. Estos rescates generalmente pueden demorar entre 6 y 24 horas. "Un ejemplo de ello es la búsqueda realizada en el cerro Malalcura (San Fabián de Alico), y previo a eso, el rescate de una persona en junio del 2021, donde un montañista escalador conocido cayó unos 200 metros en Nevado de Chillán; no había posibilidad de helicóptero y falleció durante la extracción. La ordenanza municipal y nuestra presencia en la cordillera ayuda a entregar un turismo seguro a nuestros visitantes lo cual además es un plus para la economía local", comentó la delegada de Las Trancas.
Vale mencionar que durante la jornada de ayer, este medio trató de tomar contacto con la dirección regional de Senapred para conocer las proyecciones sobre financiamiento a Socorro Andino, lo que no fue posible hasta el cierre de la presente edición.
"Por la situación económica, pocas personas pueden brindar apoyo. Al equipo le resulta difícil llegar a fin de mes".
Corinne Bentley-Rawson, Delegada en Las Trancas, de Socorro Andino