Mañana se conmemora el Día Escolar por la Paz y la No Violencia, por lo tanto es oportuno reflexionar al respecto. En 2019 se hablaba de que casi un 25% de los estudiantes relataba haber sufrido algún tipo de agresión física o verbal. Un reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) publicado en 2021, estableció que 28% de los estudiantes declaró haber participado en peleas o haber sufrido agresiones físicas en el último año. La organización "Bullying sin fronteras" reportó entre 2020 y 2022 casi 6 mil casos graves de acoso escolar en Chile.

El Ministerio de Educación ya ha ampliado la cobertura del programa "A convivir se aprende", y si bien las temáticas que aborda son importantes, según el especialista Raúl Perry, gerente de Programas de Fundación San Carlos de Maipo, pareciera que limitan la convivencia a una práctica que sólo existe dentro de la escuela, como si los niños fueran unos en el espacio escolar y otros completamente distintos en el hogar. "Si no somos capaces de modelar cada uno de los entornos en donde se desarrollan nuestros menores, difícilmente podrán tener pautas de convivencia apropiadas en cada uno de ellos. Abordar únicamente el espacio escolar es como tratar de correr una carrera con un solo pie: se puede avanzar, pero claramente más lento que si camináramos con los dos".

En este nuevo Día por la Paz y la No Violencia es importante entender que en las escuelas se forman personas, y que por consiguiente no es un proceso que pueden hacer solos, es un proceso en donde padres, madres y cuidadores deben participar.

La perspectiva de desarrollo en una región puede estar fuertemente influenciada por su acceso a recursos esenciales, y uno de los recursos más cruciales en la actualidad es la energía. En este contexto, Ñuble, una región con un vasto potencial, se enfrenta a un desafío que está frenando su progreso: la falta de energía de transmisión.

Según el más reciente informe de la corporación de bienes de capital, que sigue el pulso de la inversión privada, Ñuble enfrenta una proyección alarmante en términos de inversión en construcción. Desde 2018, hemos sido testigos de una disminución constante en los gastos de construcción, pasando de 76 millones de dólares en 2018 a tan solo 19 millones en 2023. El panorama para los próximos cinco años no luce mucho más alentador.

Curiosamente, el sector energético, con los parques fotovoltaicos lidera estas cifras de inversión, representando un 96% del total. No obstante, este sector también es la raíz del problema. La falta de avances significativos en la energía de transmisión ha congelado la concreción de inversiones privadas de gran envergadura. Proyectos agrícolas, industriales y habitacionales se han visto truncados, obstaculizando el crecimiento económico y la generación de empleo en la región.

El llamado a abordar este problema estructural es urgente. Aunque se han realizado algunas inversiones en Ñuble, la mayoría de ellas no han visto la luz. El desarrollo de la región está atascado, incapaz de desplegar su potencial. Para cambiar este rumbo, necesitamos mirar hacia la propuesta que se encuentra sobre la mesa: el proyecto de ley presentado por el presidente Gabriel Boric.

Este proyecto de ley es un paso hacia adelante, pero presenta una dificultad intrínseca: su enfoque abarca una solución para todas las regiones del país, sin poner énfasis en la urgencia que enfrenta Ñuble. La carencia de inversión en energía de transmisión ha sido el germen del desempleo y la pobreza en la región, agravando aún más la situación. Según informes, Ñuble lidera las estadísticas nacionales en pobreza y pobreza extrema, lo que puede tener ramificaciones sociales preocupantes, incluyendo el incremento de delitos.

Ante este escenario, los gremios productivos de Ñuble, solicitan al presidente Boric una solución específica y ágil: una "ley corta" que aborde la problemática de energía de transmisión en Ñuble de manera prioritaria. Esta solicitud no es solo un llamado a la acción, sino una oportunidad para cambiar el rumbo y permitir que Ñuble finalmente pueda desplegar sus alas y transformar su realidad.

La energía, es la clave para liberar el potencial de Ñuble. El tiempo para la acción es ahora, y en manos del presidente Boric está la oportunidad de encender la llama del cambio y la esperanza en Ñuble, a través de una ley que resuelva su déficit energético y abra las puertas a un futuro más prometedor.

Ricardo Salman Aburdene,