La Encuesta Suplementaria de Ingresos recientemente publicada (ESI 2022) muestra que los salarios no han crecido en los últimos 5 años, una cifra que coincide con las malas noticias que la encuesta CASEN 2022 reveló sobre los ingresos autónomos de los hogares. Los datos de la ESI 2022 reflejan no sólo la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, como consecuencia de los altos niveles de inflación de los últimos años, sino que también la precariedad salarial de quienes trabajan en la informalidad, especialmente las mujeres. Es fundamental que el Gobierno incluya en el debate, medidas concretas que permitan reducir la informalidad laboral y una agenda que fomente el crecimiento y la creación del empleo formal. Los datos muestran que en los últimos 5 años los salarios no han crecido y hay importantes diferencias entre trabajadores formales e informales. Considerando los salarios promedio, los trabajadores formales tienen salarios que son 2,4 veces el de los informales, siendo las mujeres informales las que reciben salarios más bajos, cuyos montos se ubican 61% por debajo del salario promedio de todos los trabajadores. Por otro lado, el 39% de los ocupados no ahorra para pensiones. Este dato es muy preocupante por cuanto no se pueden construir mejores pensiones sin ahorro de los trabajadores. Por lo tanto, es fundamental que se implementen políticas públicas que apunten a reducir la informalidad laboral. Además, el Gobierno debe considerar los efectos que tienen en el mercado laboral, los proyectos de ley y reformas que está impulsando y cambiar su rumbo. Los datos de la última encuesta suplementaria de ingresos del INE muestran que en los últimos años los salarios no han crecido y que existen importantes diferencias entre quienes trabajan en la formalidad y quienes no, tanto en hombres como en mujeres. Así, son las mujeres informales las que reciben salarios más bajos, cuyos montos se encuentran 61% por debajo del salario promedio de todos los trabajadores. Es decir, el salario promedio es 2,3 más alto que el ingreso que recibe una mujer que se desempeña en la informalidad. Que los salarios no crezcan y que además el 39% de los ocupados no cotice, tiene importantes implicancias cuando se trata de ahorrar para pensiones. No se podrán construir mejores pensiones si no se ahorra más para ello. Por lo tanto, en primer lugar, es fundamental que se implementen políticas públicas que apunten a reducir la informalidad laboral en el mediano plazo. Leyes ya aprobadas, como la del salario mínimo o la reducción de la jornada laboral, se traducen en un aumento de costos laborales y aumentan la rigidez del mercado del trabajo, sobre todo en un contexto donde la productividad no ha crecido en casi 20 años , lo que significa mayor desempleo o mayor informalidad. En tanto, la reforma de pensiones que propuso el Gobierno es un incentivo a permanecer en la informalidad o a moverse hacia ella por cuanto el ahorro adicional del 6% no se destina a cuentas individuales, sino que va a financiar a otros. Finalmente, Chile debe retomar la senda del crecimiento económico sustentado en mayores niveles de productividad. Sólo así se crearán empleos formales y subirán los salarios.