Chilenos, al pizarrón: ¿cuánto sabemos realmente sobre finanzas básicas?
Estudios y especialistas confirman que el nivel de conocimiento sobre temas que afectan nuestras finanzas personales sigue siendo bajo en el país. ¿Soluciones? Generar instancias de educación financiera para las personas y usar la tecnología como palanca de cambio son dos acciones que varias instituciones ya están realizando.
A diario, escuchamos o leemos sobre conceptos económicos. "Inflación", "presupuesto", "crédito", "tasas de interés", entre otros temas, ya son parte del léxico habitual en la sociedad. Sin embargo, nuestra educación financiera parece no ser la óptima.
Un estudio de Cadem y el Depósito Central de Valores (DCV), entidad que procesa y registra electrónicamente operaciones de transferencia efectuadas en las bolsas de valores y en el mercado extrabursátil, arrojó que un 42% de los chilenos tiene un bajo nivel de conocimiento financiero, el 37% presenta un conocimiento intermedio y solo el 21% luce un conocimiento alto. Además, un 66% afirma entender sobre tasas de interés, lo que representa un 11% menos respecto de 2020.
Para Nicolás Costa, Director de Soluciones para el Sector Público América Latina y el Caribe de Mastercard, estos índices ponen de manifiesto la importancia de generar alternativas de educación financiera para la población. "Contar con un conocimiento mínimo de cómo funcionan las herramientas del sistema financiero formal permite aprovechar todas sus virtudes y beneficios, entre los que se cuentan acceder a las promociones y descuentos con determinados medios de pago, o pagar en cuotas sin interés con las tarjetas de crédito", señala.
Danilo Soto, presidente del directorio de la Fundación Chile Se Educa, apunta en la misma dirección: "Estamos convencidos de que la educación financiera que reciben los chilenos en la actualidad es insuficiente. Consideramos imperativo que se introduzcan programas de educación financiera desde las etapas escolares para ir corrigiendo esta situación y lograr mejoras significativas en este ámbito".
Para Ricardo Durán, máster en Economía y académico de Ingeniería Comercial de la Universidad de las Américas (UDLA), sede Viña del Mar, esta precariedad educativa lleva a creencias que es importante erradicar. "Las más comunes son confundir tarjeta de crédito con débito; creer que las tasas de interés son las mismas entre todas las instituciones financieras, y que las tarjetas de crédito son salvavidas financieros cuando no tenemos dinero", apunta.
Pero el panorama podría cambiar. Los consumidores latinoamericanos parecen muy interesados en conocer más sobre finanzas, como lo indica el informe "Estado de la inclusión financiera después de la COVID-19 en Latinoamérica y el Caribe: nuevas oportunidades para el ecosistema de pagos", desarrollado por Mastercard y Americas Market Intelligence.
"El 84% de los entrevistados consideró que el acceso a la educación financiera les ayuda o les ayudaría a mejorar sus finanzas personales. Sin embargo, la mayoría de los latinoamericanos (menos del 50%) no han recibido ningún tipo de capacitación, orientación o asistencia sobre cómo administrar su dinero", dice Costa.
Cómo educarse
financieramente
La educación tiene un impacto directo en poder llevar una vida financiera ordenada. Y para eso es necesario partir por algunas acciones básicas. "Tener claridad del monto destinado a los gastos fijos mensuales, mediante un listado que describa el ítem y el monto a gastar, de tal forma de asegurarse de no usar ese dinero con otros fines. Además, se pueden utilizar las herramientas que entregan los bancos donde se visualiza y desglosa en qué cosas gastamos el dinero", aconseja Ricardo Durán.
La tecnología juega un rol fundamental en esta tarea. Según datos del mismo estudio de Mastercard y Americas Market Intelligence, el 15% de los encuestados accedió a su primera cuenta de ahorro o depósito gracias a la digitalización de la asistencia estatal. "Esto demuestra que el uso y promoción de tecnologías incentiva la participación en los sistemas financieros formales. Un ejemplo muy claro es la digitalización de los pagos sociales. Con esto, muchos pensionados han podido recibir sus jubilaciones mes a mes de manera más cómoda, sin riesgos y evitando hacer largas filas", comenta Nicolás Costa, de Mastercard.
También existen iniciativas que buscan acercar la educación financiera a las personas. Una de ellas es el proyecto Desafío Inclusión 90, desarrollado por Mastercard, Tapp (la cuenta digital de Caja Los Andes) y la Municipalidad de Los Muermos, en la Región de Los Lagos. "Desafío Inclusión 90 contempla distintos talleres para emprendedores, mujeres y adultos mayores de la zona, en temas como métodos de pago digitales, organización presupuestaria, fomento del ahorro y uso consciente del crédito", añade Costa.
Otro tema crucial es que los ciudadanos se preocupen más por conocer sus derechos y los beneficios adicionales que obtienen al contratar un producto financiero. "A veces conviene más pagar con la tarjeta porque acumula puntos que podrían servir para canjear por productos o servicios a buen precio, por ejemplo. Este es un análisis que cada persona debe hacer, dependiendo de su realidad, sus metas, necesidades y deseos", añaden desde el Servicio Nacional del Consumidor, Sernac.