En los últimos meses la economía chilena parece mostrar algunos brotes de reactivación, liderados por la generación eléctrica y la minería. No obstante, los demás sectores asociados a la producción de bienes y comercio siguen aún muy debilitados. Sin duda, estos últimos dependen fundamentalmente del comportamiento del consumo privado interno que está en directa relación con los ingresos laborales reales, esto es, los ingresos deflactados mensualmente por el Índice de Precio al Consumidor (IPC).
Se ha evidenciado desde junio de 2023 un crecimiento acotado de las remuneraciones reales que se explica en gran medida por la caída de la inflación y el aumento del salario mínimo, complementado con una alta tasa de desempleo que debiese mantenerse sobre el 8,5% promedio a escala nacional durante el resto de año.
La reducción de la inflación a través de una Tasa de Política Monetaria (TPM) contractiva (que se mantuvo durante nueve meses en su "peak" de 11,25%), generó impactos negativos profundos en la producción, empleo y consumo, por lo que la buena noticia del control inflacionario tiene su contraparte en la caída de la producción de bienes, la baja en las ventas del comercio y, principalmente, el alto nivel de desempleo.
En este contexto, el crédito pasa a ser una de las alternativas que tienen las personas para hacer frente a un todavía mermado poder adquisitivo. En este sentido, la reducción de la TPM que se ha venido realizando desde finales de julio 2023 hasta la reciente baja de septiembre, acumulando una caída de 1,75%, ha logrado en parte y, en forma diferenciada, expandir el financiamiento.
El acceso al financiamiento bancario sigue aún muy restrictivo y aunque las tasas de interés en general están mostrando una clara tendencia a la baja, las tasas de interés de las tarjetas de crédito para fines de consumo se mantienen en un nivel elevado, por lo que durante el mes de septiembre y la celebración de Fiestas Patrias se podrán observar mayores niveles de consumo, acotados y condicionados por el tipo de financiamiento.
Las tasas de interés de largo plazo, esto es, crédito hipotecario se mantendrán en los niveles actuales (4,2%), con un sector inmobiliario y de la construcción contraído. Las tasas de interés de los créditos vía préstamos directos, tanto comerciales como de consumo, muestran una caída significativa en agosto, no así las tarjetas de crédito que incluso suben para el caso del consumo, que duplicaron el pasado mes su crecimiento con un 27%, lo que afecta aún más a la población con menos recursos, quienes no tienen preferentemente acceso al préstamo directo bancario y deben recurrir al uso de tarjetas de crédito.
Las proyecciones de crecimiento del Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre de 2023 se ajustan a la baja en un rango de -0,5 y 0 %, en línea con el reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que sitúa a Chile en el penúltimo lugar de crecimiento económico, con un -0,5% (sólo superamos a Argentina). Cabe señalar que Latinoamérica y el mundo crecerán, en promedio en 2023, un 3%.
Dr. Guillermo Riquelme Silva
Académico e investigador