Si bien, septiembre es el mes que se asocia con las tradiciones más propias de nuestra tierra, lo cierto es que la cultura tradicional no sigue esa lógica. Es más, ni siquiera funciona de forma lineal, sino que cíclica.
"En el pueblo de Chile, en los campos, también existe la idea de septiembre, pero la festividad es todo el año. Por lo menos, dentro de la cultura tradicional campesina a través de las generaciones hay muchísimas fiestas que se celebran y son importantes todo el año", señala la investigadora Patricia Chavarría.
Es más, para la cantautora, que lleva casi seis décadas investigando arduamente la cultura identitaria del campo y las tradiciones, incluso existen fechas que pueden ser aún más importantes.
Aquí entran, por ejemplo, las novenas a San Juan, a la Virgen del Carmen o Santa Rosa. "La gente no se reúne en el pueblo y no se ponen sus tenidas más elegantes, eso se hace en septiembre. En la intimidad familiar y de las comunidades, hay celebraciones todo el año", señala.
INVESTIGADORA
Desde finales de 2005, Chavarría tiene su centro de operaciones fijo en la Corporación Cultural Artistas del Acero, entidad que resguarda el Archivo de Cultura Tradicional, una recopilación de casi 60 años de trabajo investigativo.
Los orígenes de esta abnegada labor se remontan a 1964, cuando una joven Patricia empezó a recoger música para un conjunto del cual era parte. Sin embargo, "a los pocos meses me di cuenta que esto tenía una trascendencia mayor y siempre tuve la idea de guardar".
"De hecho, todavía tengo las grabaciones de estos años. Las que pude hacer, ya que se hacían en grabadoras de cintas magnéticas y eran pesadísimas. En la Biblioteca Nacional me las traspasaron a cassette. Ahí las digitalizamos acá, y las tenemos en un computador y en discos", comenta.
-El próximo año cumplirá 60 años en esta labor.
-Sí y parece que no sé nada (ríe), de verdad. Nunca se termina de aprender, parece que cuando uno escucha, ve, siente… Tanto que debo aprender aún, es interminable.
-¿Cuál cree usted que es valor cultural y patrimonial no solo del Archivo, sino que también de los conocimientos y saberes del mundo campesino?
-El valor que tiene es que nos dice quiénes somos y cómo somos. Siempre se piensa que lo antiguo se contrapone a lo moderno y eso no es así. Lo antiguo es como tener una semilla y de ella va a nacer, va a brotar algo. Y con mucha diversidad, porque Chile es un país tan largo y heterogéneo. Eso nos entrega la cultura tradicional. En el trabajo del Archivo, eso es lo que queremos mantener. Todo a través de un Archivo que sea vivo y no unos muebles con cosas guardadas que nadie puede ver. En las actividades que hacemos y las expresiones que mostramos, la música, por ejemplo, los cuentos o la cueca, tratamos de que se despierte en la gente la memoria. Todos, de alguna forma, estamos vinculados con lo antiguo y no nos damos cuenta.
-Cuando inició todo este trabajo, no existía el concepto de patrimonio inmaterial que se usa hoy…
-Claro, pero la verdad es que muchas personas usan ahora solo el término de patrimonio. El material e inmaterial están totalmente unidos, no existe el uno sin el otro. En esa época se hablaba solo de folclor, término que no ocupo hace muchos años, porque está muy manoseado y mal orientado.
-¿Cuál es el problema con el concepto de folclore?
-El problema es que todo el folclore. Si dices un par de garabatos, 'uy que eres folclórico (ríe). Una empanada y un vaso de vino o vestirse de huaso hasta una postal, también lo es. Los conjuntos folclóricos igual, que de tradicionales no tienen nada. Muy poco, empezando por la ropa que se ponen, que nunca ha existido, especialmente la de las mujeres. Esos son mundos inventados detrás de un escritorio.