"Abordar la inclusión y diversidad de género es un tema de justicia"
EDUCACIÓN. En octubre comenzarán a regir los nuevos estándares de acreditación para todo el sistema de Educación Superior.
Desde el 1 de octubre comenzarán a regir una serie de nuevos estándares y criterios de acreditación a todas las instituciones de educación superior en el país -en el marco de la puesta en marcha de la ley Nº21.091- que incorporan por primera vez en la medición de la calidad aspectos como la certificación integral y también la gestión de la convivencia, equidad de género, diversidad e inclusión.
Con un completo despliegue por todo el país, los miembros de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) han trabajado para difundir cada uno de los aspectos considerando la realidad del sistema a nivel nacional.
Sobre el proceso de difusión y despliegue regional, la vicepresidenta de la CNA, Érika Castillo explica que "la ley de la cual nosotros dependemos contempla entre varios elementos la mirada regional que está cautelada por la su presencia en la composición de la comisión; existen comisionados que representan a las regiones".
La doctora en Filología Española, magíster en Literaturas Hispánicas de la Universidad de Concepción y experta en temas de transversalización de género y desarrollo curricular manifiesta que junto a la incorporación de nuevos estándares, el proceso contempla el rol que juega la pertinencia territorial, "como un elemento importante para asegurar calidad" y la dimensión de la creación "como un equivalente a la investigación, algo desafiante porque las prácticas de la educación superior en el mundo se enfocan en la productividad que genera la investigación, algunos pasos a la innovación, pero la creación está en construcción en el sistema, salvo las instituciones más sólidas que tienen mayor desarrollo".
-¿Cómo evalúan que las instituciones de educación superior han ido incorporando paulatinamente los nuevos estándares de acreditación que comenzarán a regir desde el 1 de octubre?
-Destacaría que el foco en que nos hemos instalado, y también es un mandato de la ley, es la promoción de la calidad. Por una parte, la tradición de la CNA ha sido la verificación de esa calidad, y ahora estamos en esta dimensión de promoción que nos ha significado mucho vínculo con las instituciones en particular.
Ahora es relevante, porque se traslada a la comisión en su conjunto, pero en la tarea de promoción tanto el presidente como la secretaría y yo hemos tenido mucha interacción en regiones, con el objetivo de problematizar los enfoques de calidad respecto a los proyectos institucionales que cada plantel define autónomamente.
En ese punto, Castillo recuera que los nuevos estándares se trabajaron con las propias instituciones en un proceso participativo, y que "dichos criterios son la demostración de que se pueden generar desafíos a los distintos tipos de instituciones dependiendo del desarrollo, madurez y ciclos en los que están: aunque sean compartidos, las instituciones hoy se encuentran discutiendo su relación con estos criterios y estándares".
La vicepresidenta de la CNA también explica que parte del diálogo que han profundizado con las instituciones durante el último se ha centrado en dos aspectos. "Uno tiene relación con la acreditación integral, como un proceso sistémico y complejo, que significa que todos aquellos enfoques de calidad que tiene la institución pueden verse en las distintas dimensiones, áreas y programas, algo que no siempre funciona así, y para ello la ley considera la muestra dimensionada en algunos programas para ver el cumplimiento de estándares", explica.
El segundo punto, añade, se refiere al desafío de "abordar la dimensión de diversidad de género, inclusión y convivencia, que es un conjunto de conceptos desafiantes frente a los que la CNA no dice como trabajarlos o abordarlos. Las instituciones han trabajado en reconocer que significa este criterio para el desarrollo de cada proyecto educativo, más allá de las exigencias legales que son los mínimos, como la ley Nº21.369 que señala que el ambiente formativo se dé sin violencia. Para el desarrollo de esta área, este criterio permitiría este enfoque más de largo plazo y como transversalizar estos elementos, la importancia que tienen dentro de la formación, investigación y vinculación".
-¿Qué tan relevante es hacer ver a las instituciones educativas que la incorporación de estándares de diversidad de género, inclusión y convivencia no solo signifiquen cumplir mínimos?
-Hay distintos avances en las instituciones, con algunas que han trabajado en estos temas mucho más allá del enfoque de violencia y están en una lógica de transversalizar a distintos niveles, de planes formativos y capacitaciones para los equipos docentes y académicos, de colocar incentivos en las áreas de investigación.
Los estudios que tenemos en nuestro país están asociados a los liderazgos, donde efectivamente la pirámide opera con menos mujeres en los cargos de toma de decisiones, y en los procesos de evaluación o jerarquización académica ese aspecto aún no lo vemos, porque comenzaremos a medirlo en octubre. Sabemos que hay avances, pero también que va a depender de qué manera aborde y con qué profundidad lo haga cada proyecto institucional, sus planes estratégicos y gestión, para transversalizar estos aspectos.
-Distintos indicadores dan cuenta de que las brechas de género se profundizan a medida que un miembro de una casa de estudios se desarrolla formativa o profesionalmente.
-Las mujeres entran muchísimo más a estudiar, independiente de las acciones afirmativas que tengan algunas universidades para promoverlo, terminan en el tiempo más cercano al teórico respecto de los varones, pero hay cuestiones de sistema y cultura: los hombres desertan mayoritariamente del pregrado, y cuando te lo preguntas se ve que la importancia cultural del trabajo tiene tal trascendencia y peso sobre los hombres, que hace que dejen de estudiar para comenzar a trabajar, generando problemáticas a mediano plazo. Cuando esto no está cautelado, pierde el sistema en su conjunto y no solo las mujeres, aunque vemos buenos esfuerzos de las instituciones de trabajar en conjunto estos temas.
Transversalizar es súper difícil, pero con respaldos institucionales claros y una voluntad país por entender que esto es un tema de justicia de oportunidades, esperamos avanzar considerablemente.