Ewan Mitchell y su papel en 'House of the Dragon': 'Él sabe que ya no hay vuelta atrás'
SERIES. Habla el actor tras Aemond Targaryen, jinete de Vhagar.
La guerra entre Verdes y Negros dio un nuevo paso en el capítulo cuatro de "House of the Dragon", donde una nueva batalla marcó el futuro de la familia Targaryen, confirmando además lo que Rhaenyra quiso evitar: la guerra de dragones contra dragones.
Tras una temporada y tres capítulos, se pudo ver la primera gran batalla, que ocurre en Reposo del Grajo, donde una real danza de tres dragones marcará el antes y después de la guerra civil, dejando a Aemond como el ganador a quien parecen no interesar los daños colaterales con tal de lograr sus objetivos.
"Cuando leí el guion de este capítulo por primera vez se sintió apocalíptico", comenta a este medio Ewan Mitchell, actor tras Aemond Targaryen en la serie. "Creo que también fue muy interesante ver todo desde la perspectiva de Ser Criston Cole, y es que la secuencia entre ver la batalla en tierra de Reposo del Grajo y todo el daño que causan los dragones… es horrible", reflexiona el actor, el único Targaryen que parece haber salido ileso del encuentro.
Con tal de poder enfrentarse a Rhaenyra, Aemond y Criston Cole deciden crear una trampa para poder enfrentarla, esta vez, de la mano de su dragón Vhagar. Sin embargo, tras una discusión con Alicent, el rey Aegon II también llega a mostrar su valor en batalla y se encuentran con otra jinete: Rhaenys Targaryen.
Así, el duelo de dos contra uno comienza, dándole la oportunidad a Aemond y Vhagar de acabarlo todo, a costa del rey, y su hermano, Aegon.
"Aemond siempre ha visto a Aegon como alguien que es inferior a él. Siente que no tiene la fuerza y la perseverancia para ser un líder. Mientras Aemond estaba entrenando con la espada y estudiando con los maestros, Aegon estaba probablemente en Flea Bottom gastando su herencia y pasándolo bien. Y así, Aemond, aunque fue el segundo hijo, siempre sintió que debería haber sido él el que debía ser el heredero, siempre se preparó para ser el primer hijo, y siente que probablemente sería un mejor rey que Aegon", comenta.
Hermanos
De todas formas, asegura que "aunque odia a su hermano, él también lo ama en algún sentido, porque es su hermano. Ellos fueron parte de la familia que fue dividida entre ellos y Rhaenyra, y compartieron un legado importante. Aemond quiere amar a Aegon, porque es su hermano. Quiere amarlo, pero Aegon le da muchas razones para no hacerlo. Es una cosa muy divertida de explorar".
"Creo que muchos se preguntan si Aemond trató de dañar a Aegon o si él simplemente se cruzó, fue un daño colateral, cuando Aemond usó Dracarys contra él y Rhaenys", lanza entonces Mitchell, para después comparar este momento con un clásico del cine.
"Al analizar la relación de Aegon con Aemond, siempre pienso en la de Michael y Fredo Corleone. En ese momento, Fredo traicionó a su hermano. Él conspiró en su contra y, aunque hay un odio a los enemigos, hay un odio aún más profundo porque era alguien que debería protegerte, a alguien que debería cuidarte un poco. La diferencia aquí es que Aegon perdona, pero nunca olvida", explica.
De todas formas, dice que "Aemond reconoce lo que hizo, y sabe que ya no hay vuelta atrás. Lo que pasó con Lucerys y Arrax en la primera temporada fue un error. No era su intención. Dejó que sus emociones lo dominaran y no tenía tanto control de su dragón. Pero ahora, en el cuarto episodio, está mucho mejor en el control de Vhagar, porque ya sabe lo que los dragones pueden hacer de cerca. Y en el episodio 5... tendrás que ver cómo se trata eso".
Sobre la batalla, Mitchell deja ver que Aemond "se enfrentará a alguna represalia después de esto, pero, ¿a qué costo? Estamos viendo los daños que hicieron los tres dragones en los cielos de Descanso del Grajo, y, después de este momento, todo Westeros ya sabe de la experiencia de una guerra de dragones y lo que pueden hacer".
Ahora, Aemond se muestra como un ser mucho más frío luego de que capítulos atrás renunciara, de un momento a otro, a quien fue su único refugio: la mujer con la que perdió su virginidad y su confidente. "Él simplemente quería ser amado por su mamá un poco más. Él era el hijo vacío, todos le daban la espalda. Los niños necesitan ese amor incondicional (...) y como Aemond nunca lo tuvo, lo buscó por sí mismo. Lo encontró en Vhagar, ese viejo dragón, y en Madame Sylvie, también".