Ayer se vio en los Juegos Olímpicos de París una muestra de la solidaridad y reconocimiento deportivo luego de que la brasileña Rebeca Andrade diera la sorpresa en la competencia de suelo de la gimnasia al arrebatarle la medalla de oro a la estadounidense Simone Biles, amplia dominadora de estas pruebas durante ja justa atlética, quien sin embargo se arrodilló ante su rival para reconocer su triunfo.

Andrade cerró el programa de gimnasia artística de los Juegos de París con una medalla de oro, luego de que Biles se saliera dos veces del tapiz en su rutina, lo que le generó castigos que permitieron el triunfo a la sudamericana, que obtuvo un puntaje de 14,166 puntos. Biles se quedó en 14,133 y el bronce fue para la también estadounidense Jordan Chiles con 13,766, quien acompañó a la campeona en su gesto hacia la brasileña.

La ruta de Andrade no fue fácil, pues durante su carrera se rompió tres veces el ligamento cruzado anterior (en 2015, 2017 y 2019), por lo que debió someterse a tres operaciones de rodilla que buscaban como principal objetivo que pudiera caminar. Pero ella siempre confió en sus posibilidades y dio la pelea por volver a la alta competencia hasta llegar a lo más alto con cuatro medallas olímpicas, entre las cuales se niega a definir cuál es más importante.

Puro respeto

"No puedo elegir, porque todas son especiales para mí. Nuestro bronce en la competición por equipos fue muy importante, era algo con lo que habíamos soñado como equipo y algo que yo también deseaba de verdad", aseguró.

"En cuanto a mis medallas individuales, es lo mismo. Sabía de mis posibilidades (de ganar medallas) y lo di todo. Estaba luchando por conseguir por fin un oro, porque lo deseaba con todas mis fuerzas. Estoy muy contenta de haberlo conseguido hoy", añadió.

Mientras que Biles aseguró que "ha sido muy emocionante y he estado muy cerca. Era mi quinta o sexta rutina de suelo (en estos Juegos), así que no estoy enfadada. Estoy muy contenta por Rebeca, se lo merecía".

Otro sudamericano que sorprendió fue el colombiano Ángel Barajas, quien a los 17 años obtuvo la medalla de plata en barra fija solo por detrás del japonés Shinnosuke Oka.

El luchador Yasmani Acosta aseguró una nueva medalla para Chile en los Juegos Olímpicos de París 2024 al avanzar a la final en la categoría de 130 kilos tras vencer al representante de China Meng Linghze. Esto al menos le dará la medalla de plata al deportista nacido en Cuba que representa a nuestro país.

Luego de la gesta lograda en el tiro skeet por Francisca Crovetto, quien se convirtió en la primera mujer chilena en conseguir una medalla de oro olímpica, se abrieron las opciones de una delegación chilena que tenía como expectativa volver de Francia con una medalla en cualquier deporte y algunos diplomas olímpicos.

Y ayer temprano Acosta abrió las esperanzas de sumar alguna presea más tras avanzar a la semifinal con su triunfo en cuartos sobre el egipcio Abdelatif Mohamed.

Entonces quedó a una lucha de asegurar medalla y le tocó un rival complicado, difícil de tomar y poco dinámico. El competidor chino escapó permanentemente de los intentos de agarre del chileno y consiguió ponerse en ventaja antes del descanso entre las dos etapas de 3 minutos. Luego solo defendió ese punto, lo que fue castigado con un punto para Acosta por pasividad. Y eso fue lo que le permitió ir a la final, pues quien suma al final gana en caso de que ambos luchadores terminen con la misma cantidad de puntos: fue 1-1.

En la final, fijada para las 13.30 de hoy (hora de Chile), Acosta se enfrentará con el cubano Mijaín López, su formador y cuádruple campeón olímpico.

Contra el mejor

Una vez concretado su triunfo, el luchador chileno recordó que "dejé todo atrás, familia, un país. Superé barreras y obstáculos hasta que al final se da. A nueve años de salir de Cuba se dio esto. Nueve años de trabajo constante y duro para esto".

Y sobre su rival de hoy afirmó que "Mijaín López es el mejor luchador del mundo. Tiene un récord. Es el que más admiro, es mi amigo, pero además es mi rival. Arriba del colchón vamos a darlo todo".

Mientras que López devolvió las palabras de halagos a quien fuera su discípulo: "Va a ser una final desmandada y muy bonita. Seremos dos cubanos en la final: uno por un país y otro por otro, pero con la misma sangre. Esto es la consagración de todos los entrenamientos que tuvimos juntos en Cuba y la ayuda que le di para poder llegar a esta final. Será muy bonito".

Más festejo de Crovetto

Al tiempo que Acosta se preparaba para buscar una medalla de oro, Francisca Crovetto seguía celebrando su título olímpico: ayer recibió una llamada del Presidente Gabriel Boric, quien la felicitó por su logro.

Un día después de obtener el oro, la deportista contó que después de un buen rato "abrí mi Whatsapp porque lo tenía sin red para concentrarme. Y tenía 500 mensajes. En Instagram tuve muchos posteos, muchos seguidores y fotos. Y recibí un llamado del Presidente. Eso significó mucho. Me felicitó, me dijo que todo el país está orgulloso por mí, que gracias por la alegría".

Y las competencias no terminan: para hoy está fijado el repechaje de los 400 metros planos del atletismo femenino, en el que participará Martina Weil, quien ayer remató cuarta en su serie. Además el velerista Clemente Seguel luchará hoy por una medalla tras avanzar a la final.

Las malas noticias de la jornada de ayer las dieron los primos Marco y Esteban Grimalt, quienes fueron eliminados en vóleibol playa por la dupla de Qatar. Y el lanzador del disco, Claudio Romero, eliminado tras anular sus tres tiros.