Una historia amenazada por el cierre
SOCIEDAD. Recorrimos distintos sectores de Talcahuano, epicentro de un golpe económico, tras el sorpresivo anuncio de cierre de la Compañía Siderúrgica Huachipato.
El sol radiante que ha acompañado en los últimos a la ciudad de Talcahuano (158 mil habitantes) pareciera otorgar nueva una energía y luminosidad a esta zona del país, tras las torrenciales lluvias recientes en la vecina Región del Biobío. Sin embargo, una inquietud profunda pareciera flotar en su población, tras el anunciado y definitivo cierre de la Compañía Siderúrgica Huachipato -CSH-.
Esta industria acerera por generaciones se ha posicionado como fuente de empleo y un relevante motor de la economía local. Además de alzarse como un emblema comunal que ha otorgado identidad a su población. Más aún en villas y poblaciones con aún un alto número de trabajadores huachipatinos aún vigentes, como ocurre en la villa La Araucaria (exHuachicoop) y Villa La Oceanía, entre otras. Conjuntos habitacionales que agrupan a miles de familias que han forjado sus destinos en esta localidad del sur del país, reconocida por su labor portuaria y los intensos fríos y humedad a largo del año debido a su clima marítimo.
Durante la semana pasada, en tanto, la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP) informó a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) que su filial Compañía Siderúrgica Huachipato decidió suspender indefinidamente las operaciones siderúrgicas de la empresa, que cuenta con 74 años de operaciones. Como parte de esta medida, el llamado "Alto Horno" de la acería se apagaría finalmente el 16 de septiembre próximo.
Para hacerse una idea de lo que esto significa, podría decirse que lo más parecido sería el anuncio de cierre de las operaciones de Escondida. Algo así es lo que se vive esa zona, en especial los 20 mil empleos directos e indirectos que dependen de la actividad.
Pena y dolor
En el Terminal Pesquero La Poza, ubicado en las cercanías del Museo Monitor Huáscar y del terminal pesquero en Talcahuano. Luis Burgos (75) se afana en la limpieza de unas cholgas para disponerlas a la venta entre jureles, pescadas y mariscales preparados. Durante una pausa en su labor, Burgos expresa su inquietud por el cierre de la industria metalúrgica, como parte de un sostenido declive evidenciado en las millonarias pérdidas que arrastra la empresa. La determinación del término de operaciones, la compañía la adoptó ante el supuesto dumping del acero chino. Una práctica calificada como anticompetitiva, que mantenía como inviable la continuidad financiera de la firma, según han manifestado sus ejecutivos.
"Hay mucha preocupación porque va a haber mucha cesantía. Quedará mucha gente sin trabajo. Es una empresa de alto nivel. Yo trabajé hace años en Huachipato. Conozco casi todos los departamentos. Es una pena tremenda para el país, porque el cierre de una empresa como esa, es el decaimiento que nos está limitando día a día. Todos vivimos del trabajo, y si no lo hay no hay comida", dice Burgos, quien comenta que durante 12 años trabajó como laminador de barra en la acería.
"La mayoría de ellos (trabajadores de Huachipato) vienen al mercado. Lamentablemente van a bajar mucho las ventas para los que trabajamos en el comercio. Da tristeza, porque son clientes de uno. Pena y dolor, por lo que está ocurriendo. La cosa se ve mala para el futuro. Acá mismo, para nosotros ya está quedando poco pescado, porque los chinos se están llevando todos los productos y nadie dice nada", manifiesta con inquietud.
Ante el anuncio inicial de esta industria siderúrgica, que la compañía había anunciado en marzo pasado, se originaron una serie de protestas de trabajadores de la compañía. Ante este panorama, la Comisión Nacional Encargada de Investigar la Existencia de Distorsiones en el Precio de las Mercaderías Importadas (que incluye cinco representantes de organismos dependientes del Gobierno, uno de la Fiscalía Nacional Económica y dos del Banco Central), había determinado imponer sobretasas a ciertos productos de acero provenientes de China. La medida buscaba impulsar la alicaída marcha de la filial de CAP, ante los menores precios de los insumos importados desde el país asiático.
Según ha trascendido, desde 2023 la empresa solo registra dos años con "números azules", a la vez que suma pérdidas por US$910 millones. Mientras que en total a unos 22 mil ascendería el número de trabajadores afectados por el cierre de la siderúrgica. De estos, 2.500 corresponden a trabajadores directos.
La estabilidad
A bordo de la línea de microbuses N°50, el conductor Luis Flores (53), palpa a diario la sensación de la población en la máquina que conduce entre Concepción y Talcahuano. "El Estado debió haberse puesto la mano en el corazón para dar una manito. Mucha gente comenta acá en la micro lo que ha pasado. Le echan la culpa a los chinos, y los chinos le echan la culpa a Huachipato. Es una pena finalmente, sea el que sea el responsable".
Mientras que, al interior de la Galería España, en pleno centro de Talcahuano, la dependienta de un local rememora la seguridad que otorgaba trabajar en compañía metalúrgica. "Yo estudié en el Liceo La Asunción, en Las Higueras, donde hay poblaciones que formó la empresa para sus trabajadores. Como la Huachicop y la Villa San Martín. No había un compañero de colegio que sus papás no vivieran ahí y no trabajaran en Huachipato. Por lo mismo, hay nostalgia y hay preocupación. Sobre todo, por el costo de la vida y quedar sin pega de la noche a la mañana. La estabilidad que daba a los núcleos familiares, para el comercio daba seguridad. Lo mismo cuando se buscaba acceder a un crédito o en una casa comercial si eras huachipatino, había una diferencia", opina Sandra Matamala (50).
"Hay también un tema simbólico. Parte de la ciudad es más futbolera. Cuando juega Naval se paraliza la ciudad. Lo mismo pasa con Huachipato", añade.
En las afueras de este centro comercial se observa el habitual alto flujo de transeúntes por calle Valdivia, en el sector céntrico de la ciudad, donde el comercio se concentra en unas pocas cuadras.
A esto se agrega, un alto número comercio ambulante. La mayoría bajo toldos azules, donde resulta habitual la venta de pescados, vegetales y productos como calcetas y otros accesorios. Hasta una cantante provista de un amplificador, y con una pista musical de fondo, entonaba distintas canciones de ritmo bailable en una de las principales arterias del centro de la ciudad.
Los vecinos
Para María Bernardita Herrera (64), presidenta de la Junta de Vecinos Las Araucarias (exHuachicoop), la noticia por el cierre definitivo de la siderúrgica ha golpeado con fuerza a esta población, ubicada a pasos del complejo deportivo del club de fútbol Huachipato, tres veces campeón del fútbol chileno. Según esta dirigente en esta población, que integran unas 1.600 viviendas edificadas como parte de la cooperativa Huachicoop, hasta hoy residen vecinos que integran la directiva sindical de trabajadores pertenecientes a CAP.
"Acá todos son huachipatinos, por lo mismo es muy complicado. Acá aún hay muchos trabajadores activos. Acá mismo hay más de 20 delegadas de pasajes, que son esposas de trabajadores de la compañía. Están con problemas, porque tienen hijos en la universidad. También hay gente con problemas de salud. Por ejemplo, tengo una vecina que ha sufrido dos veces cáncer. Todo esto aminora el sustento económico, porque una cosa lleva a la otra. Están muy preocupados los vecinos acá, aunque apoyándonos unos con otros. Ya habíamos pasado por esto hace unos meses (anuncio inicial de cierre), pero se adelantó finalmente todo", expresa.
"Como ha sido todo tan reciente, estamos viendo con los vecinos como apoyar. Acá cerquita de la sede vive el presidente del Sindicato N°1, además parte del directorio del sindicato vive acá también, y están activos. Siempre les hemos ofrecido nuestra sede. Ahora más que nunca quizás lo necesiten para reunirse más adelante en algún curso de capacitación para mantener activo al trabajador. Porque esto conlleva un montón de cosas, como la parte psicológica, la parte material y económica", advierte Herrera.
Capacitación
La alta presencia de comercio ambulante en Talcahuano, según comentan representantes del comercio establecido, evidenciaría el estancamiento productivo que registra esta comuna porteña.
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en la Región del Biobío la tasa de ocupación informal en el trimestre abril-junio de 2024 se situó en 27,6%.
José Alarcón (55), quien recientemente dejó el cargo de presidente del gremio del comercio establecido en Talcahuano para competir por el cargo de alcalde (Ind), coincide en las complejas proyecciones para la economía local. "Yo tuve la fortuna de trabajar en una empresa de subcontratistas para CSH. Antes Huachipato era el rey y amo en la ciudad, con su población, con buenos sueldos. Sin embargo, en los últimos años comenzó una crisis; con pocas ventas. Bajó el poder adquisitivo, tuvieron que vender el complejo deportivo del club, que ya no lo solventa la compañía. Empezaron a decaer económicamente. Antes de aplicarse la salvaguarda (sobretasas), hace unos meses, yo participé en las manifestaciones con ellos. Se hablaba ya de que iban a quedar 20 mil personas sin empleo ahora. El gobierno trató de dar una solución, pero no fue la suficiente".
"Ahora que ya se ha tomado la decisión (de término de faenas) hay que decidir que se va a hacer con la gente. Habrá que capacitar a algunos, porque hay trabajadores que son profesionales, como ingenieros civiles y los ingenieros industriales. Ellos pueden encontrar cualquier pega; pero al operario que trabajaba en una grúa, en una maquinaria, habrá que insertarlo laboralmente en el comercio. Aunque el año pasado en Talcahuano cerraron 17 locales comerciales. En estos momentos ya van 13", detalla Alarcón.
Desde el directorio de CAP, en tanto, informaron durante la semana que la firma contará con un "robusto plan de salida", que incluye compensación económica, capacitación y soporte para la reinserción laboral.