Transición energética: oportunidad para la minería
Se estima que en Chile mueren 45 personas al día por enfermedades del sistema circulatorio. La optimización y desarrollo de soluciones de eficiencia de energía y recursos hídricos, contribuyen a la mitigación del impacto ambiental de la extracción de minerales
La industria minera tiene un papel crucial en la transición energética, un proceso que contribuirá a la descarbonización y avanzar hacia un planeta con menos huella de carbono. Esto es especialmente crítico en la era de la crisis climática, donde el mundo requiere de acciones cada vez más agresivas para hacer frente al incremento global de las temperaturas.
Su contribución se traduce en dos importantes desafíos: consolidar operaciones de menor impacto ambiental, y optimizar sus procesos productivos para hacer frente a la creciente demanda de minerales que serán utilizados para las nuevas soluciones de la transición energética, cuyas aplicaciones van desde el suministro residencial hasta actividades industriales como el transporte o la agricultura.
Se estima que la demanda de cobre aumentará en 12,6 millones de toneladas de 2020 a 2040; mientras que la de litio se multiplicará por 13 en el mismo período.
No cabe duda que la principal actividad económica del país tiene mucho que decir en este proceso, al disponer de elementos que son esenciales para la producción de baterías utilizadas en vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía, contribuyendo así a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero también hay otras aristas por explorar. Y una de ellas es el impulso al I+D.
De hecho, un reciente informe de la CEPAL destaca que la descarbonización supone una oportunidad de desarrollo para América Latina, que posee el 56% de las reservas mundiales, y no solo en términos de una mayor recaudación fiscal o por importaciones, sino también por el desarrollo de nuevas capacidades e infraestructuras en sus industrias estratégicas.
La urgencia por incrementar la producción de minerales pone al sector en una posición interesante para impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico, a fin de consolidar prácticas más sostenibles y eficientes.
Esto explica por qué las empresas mineras están invirtiendo en la adopción y el diseño de nuevas tecnologías para reducir su huella ambiental y mejorar la eficiencia en la extracción y procesamiento de minerales.
La optimización y desarrollo de soluciones de eficiencia de energía y recursos hídricos, contribuyen a la mitigación del impacto ambiental de la extracción de minerales y al avance hacia un modelo energético sostenible.
A la vez, incentivamos la consolidación de un enfoque basado en las mejores prácticas de gestión de residuos y remediaciones ambientales, diseñadas para minimizar la contaminación y proteger los ecosistemas locales y las comunidades, contribuyendo a la sostenibilidad de sus operaciones en el largo plazo.