Abusos contra menores
Carabineros y la PDI reciben un promedio de 20 denuncias diarias de delitos sexuales contra menores de edad. La prevención debe incluir una educación sexual integral.
Millones de niños y adolescentes en todo el mundo son víctimas de estos crímenes que dañan su integridad y marcan sus vidas para siempre.
Según ha explicado Marcela Opazo, académica de Obstetricia de la Universidad Andrés Bello, el abuso sexual infantil deja una herida profunda, no sólo en la salud física sino también en el bienestar mental y emocional de las víctimas. Este trauma puede derivar en problemas de salud mental crónicos, como ansiedad, depresión y trastornos de estrés postraumático, además de afectar la relación que las víctimas tienen con su propia sexualidad y sus relaciones interpersonales.
Desde una perspectiva de salud sexual y reproductiva, es esencial considerar que estos efectos también abarcan riesgos de infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados y una tendencia a enfrentar violencia en relaciones futuras. Estas consecuencias hacen urgente un enfoque integral que aborde tanto la protección de los menores como el acompañamiento a las víctimas. La prevención, como primer paso, debe incluir una educación sexual integral que entregue a los niños y adolescentes conocimientos y herramientas para reconocer y defender sus derechos sobre su propio cuerpo. Para abordar eficazmente este problema, es fundamental un enfoque intersectorial en el que la salud pública, la educación, los servicios sociales y los organismos de protección infantil colaboren activamente. La capacitación de profesionales en temas de abuso sexual infantil permite que quienes trabajan con niños sepan detectar señales de abuso y ofrecer la orientación adecuada para que las víctimas y sus familias reciban el apoyo necesario. Al integrar la salud sexual y reproductiva en estos programas, se pueden ofrecer respuestas más completas y efectivas.