"Detrás de cada chiste hay una pregunta, una crítica o una herida"
Nicolás Labra G.
Santiago Endara, más conocido como el 'Pastor Rocha' por su faceta como comediante es, para quien no sepa, realmente un pastor. El chileno-ecuatoriano pertenece a la iglesia La Casa y gran parte de su vida la ha desarrollado en el país. Ahora, quien en Instagram es conocido como @esdecanuto_oficial, afronta uno de sus mayores retos dentro del Stand Up, ya que este sábado se presentará en el Gran Arena Monticello, donde tendrá como invitados a Tomás Leiva ("Tomás va a morir") y el mago Tomás Feld. Las entradas están en Ticketmaster con valores desde los $11.500 hasta los $33.350 en las primeras filas incluyendo el cargo por servicio.
¿En qué momento se cruza el Pastor Rocha en tu vida? ¿Desde chico pensaste que tenías este lado humorístico?
Desde niño disfrutaba mucho haciendo reír a otros, con el tiempo descubrí que eso tenía algo de milagroso: por un instante, el caos de la vida se detenía, el dolor se callaba, y la risa abría espacio para respirar.
El Pastor Rocha no es más que un personaje... pero uno incómodo. Hace reír, sí, pero también incomoda. Provoca. Detrás de cada chiste hay una pregunta, una crítica o una herida expuesta.
Nada es al azar, aunque parezca improvisación. Todo está pensado para poner sobre la mesa ciertos temas. Habla sin filtros del lucro en la fe, de líderes religiosos que se enriquecen mientras predican humildad. Denuncia la manipulación espiritual y el ego disfrazado de "voz de Dios". Y sí, también habla de sexualidad ese tema "prohibido" en tantas iglesias, porque cuando algo se convierte en tabú, también se convierte en poder. El Pastor Rocha viene a decir lo que muchos piensan pero no se atreven a decir. A hacernos reír, aunque a veces duela.
Aprovechando que fue Semana Santa, ¿Qué hiciste esos días? ¿Hubo reflexión o también trabajo?
Me parece una instancia perfecta para reflexionar, no solo desde la muerte y resurrección de Jesús, sino también desde su vida y todo lo que implica seguir al siempre interrumpido carpintero. Es un desafío a ir por la vida haciendo el bien, luchando contra la injusticia, siendo voz de los que no la tienen voz y voz en contra de aquellos que tienen demasiada voz, perdonando más, sirviendo más y amando mejor. Por eso me tomé el sábado y domingo para compartir con la gente de La Casa.
Estos días estarás con shows en Talca, Arica, el Gran Arena Monticello, ahí también estará Tomás Leiva.
¿Qué puedes adelantar de la rutina?
Es una rutina con mucho acting, que va en crescendo y contiene chiste tras chiste, casi sin dar respiro. No sólo hablamos de experiencias religiosas, sino que también abordamos imágenes cotidianas y vivencias que todo chileno ha tenido. Habrá magia, interacción y un estilo de humor con un sello muy particular. Yo sugiero no perdérsela.
Es tu debut en el Arena Monticello. ¿Te gustaría después dar el paso a festivales televisados de mayor alcance?
Me tiene con la piel de gallina ver cómo Dios ha abierto tantas puertas. Juro que he trabajado muchísimo para que la gente pueda disfrutar, de principio a fin, de un buen espectáculo. Por ahora me tomo las cosas con calma, sin apuros. Quiero detenerme a disfrutar lo que estoy viviendo. Y claro que me encantaría presentarme en algún festival televisado. Solo pensarlo me pone nervioso, un tanto ansioso, pero quiero seguir trabajando para lograr hacer reír, pensar y, de alguna forma, sanar a un público como el de los festivales.